Tres mujeres dan un giro a la historia de los Grammy
Lauryn Hill obtiene cinco premios, entre ellos los de mejor disco del año
Las mujeres barrieron en la 41ª edición de los premios Grammy, y no podía ser de otra manera, puesto que ellas copaban todas las candidaturas importantes. El mayor éxito de la noche fue el de Lauryn Hill, la hipnótica poetisa del hip-hop, que a sus 23 años se llevó cinco grammys por su debú en solitario, The Miseducation of Lauryn Hill, premiado como disco del año. La veterana Madonna, que hasta ahora no había ganado más que un Grammy por un vídeo musical, obtuvo tres de golpe, incluyendo el de álbum pop del año, Ray of light, que muchos críticos consideran su trabajo cumbre. Celine Dion y su canción de Titanic, Alanis Morrisette y Sheryl Crow completan el palmarés femenino.
Era la primera vez que un disco de hip-hop ganaba el Grammy al disco del año. Lauryn Hill, que partía con 10 candidaturas para los Grammy -elegidos por 10.000 miembros de la National Academy of Recording Arts and Science- y era la favorita, sin embargo apenas daba crédito cuando subió a recoger el último y máximo galardón de la noche. "Es una locura", exclamó, refiriéndose a la consagración de un disco tan guerrero como el suyo. Pero lo que se consagra no es sólo eso, sino la talla de esta cantante en la industria de la música.The Miseducation of Lauryn Hill, apabullante éxito de crítica y ventas, es una fusión de rimas políticas y feministas a ritmo de hip-hop y rhythm and blues de la cual saltan chispas en boca de su irresistible intérprete. Un giro de 180 grados para unos premios cuyos ganadores en los últimos años solían ser previsibles rostros pálidos de la naturaleza de Sting o Eric Clapton.
Lauryn Hill, de Nueva Jersey, es parte del grupo temporalmente disuelto The Fugees, y tiene dos hijos con Rohan Marley, el hijo de Bob Marley. El título de su disco es un homenaje al libro de 1933 The Miseducation of the Negro, en el que Carter G. Woodson denunciaba que la mala educación que recibían los afroamericanos en EEUU fue siempre el arma principal para su sometimiento. Hill se impuso además en la categorías de disco de rhythm and blues, mejor canción e interpretación femenina de ese género (Doo Woop, That thing) y en la de nueva artista del año.
Una de las pocas personas en EEUU a las que no les gusta la canción de Lauryn Hill es el famoso locutor de radio de una emisora de Washington Doug Tracht. El miércoles por la mañana, antes de los premios, Tracht puso en su programa fragmentos del tema ganador y, refiriéndose a Hill, dijo en antena: "No me extraña que les arrastren con camionetas". Era una brutal alusión al reciente asesinato en Texas de un negro a manos de un grupo racista, cuyo líder se enfrenta a la pena de muerte. La emisora canceló ayer el programa temporalmente y Tracht pidió perdón en un comunicado enviado a The Washington Post.
Casi todos los años se dice que es el año de las mujeres en la música pop y rock, y la revista Rolling Stone no hace más que sacar números especiales sobre ese tema. Pero este año (concretamente de octubre de 1997 a septiembre de 1988, el extraño plazo de los Grammy) hay si cabe más razones. Simbólicamente, Hill rompió el récord de premios obtenidos por una mujer en una sola noche: Carole King había logrado cuatro por Tapestry en 1971.
Madonna consiguió por fin el respeto que llevaba exigiendo desde hace años y ganó el Grammy al mejor álbum pop con Ray of light, su obra de madurez. "Ha merecido la pena esperar 16 años", comentó la cantante en una rueda de prensa posterior. La canción más conocida de su disco, que se titula igual, también ganó como mejor tema de baile y por su videoclip. Una mujer llamada Shania Twain, que combina la tradición country con un poco del sex appeal de Madonna, ganó entre las intérpretes de su género por la canción You're still the one.
Canción del año
El tema de Titanic, My heart will go on, interpretado por Celine Dion y que ya había ganado el Oscar el año pasado, resultó elegido canción del año por partida doble: para su recalcitrante intérprete y también para su letrista. Dion, muy pasada de rayos uva, se molestó cuando un periodista le preguntó qué opinaba sobre el triunfo de las mujeres en los Grammy, y dijo que no le gustaba esa pregunta. Al recibir su premio había dado las gracias a los médicos que cuidan sus empalagosas cuerdas vocales.
En unas atrevidas declaraciones el día antes de los premios, el presidente de la Academia, Michael Greene, había dicho a The New York Times que cruzaba los dedos, por su prestigio personal y el de los Grammy como institución, para que no arrasara Celine Dion. El triunfo absoluto de Lauryn Hill resultó ser un alivio para Greene y para el conjunto de la prensa especializada.
Los votos para la mejor canción rock recayeron en Uninvited, de Alanis Morrisette (también mejor intérprete de rock femenina), y los de álbum de rock fueron para The globe sessions, de Sheryl Crow. Esta rockera dijo al aceptar su estatuilla que lo que más deseaba era que Lauryn Hill produjera su próximo disco.
El Grammy al álbum de country también fue a un grupo femenino: Dixie Chicks, que dio la sorpresa al imponerse sobre la superventas Shania Twain. El puertorriqueño Ricky Martin puso en pie a todo el aforo del Shrine Auditorium de Los Ángeles al interpretar su éxito La copa de la vida, y luego ganó en la categoría de pop latino. Fue la actuación más notable de la noche, junto con la de Madonna, que abrió la ceremonia interpretando su tema Nothing really matters, en un decorado que parecía un restaurante de sushi. El acto fue conducido por la actriz y presentadora televisiva Rosie O'Donnell.
Otros grammys importantes fueron los de Eric Clapton, mejor vocalista pop masculino; Brian Setzer Orchestra, mejor grupo pop; Elvis Costello y Burt Bacharach, como colaboración pop; Lenny Kravitz y Aerosmith, mejor intérprete y mejor grupo de rock, respectivamente, y Beastie Boys, cuyo disco Hello Nasty se consideró el álbum alternativo del año.
Los Grammy constan de unas cien categorías, pero durante la ceremonia televisada, que fue un tostón, como de costumbre, sólo se presentan unos cuantos, entre actuación y actuación. Los demás se anuncian previamente, y entre ellos hay un número muy considerable, pero sin atractivo para la audiencia televisiva, de premios de jazz, música clásica y otras.
Pat Metheny ganó el Grammy de jazz contemporáneo por Imaginary Day, y el de jazz instrumental fue para Herbie Hancock por Gershwin's world. El Grammy al mejor disco de música clásica fue para Robert Shaw por Barber: las plegarias de Kierkegaard; la mejor ópera, El castillo de Barbazul, dirigida por Pierre Boulez, quien también ganó por el mejor disco orquestal con la Novena de Mahler.
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