Jatamí consigue poner a uno de sus hombres al frente del servicio secreto
El Parlamento iraní ratificó ayer el nombramiento de Alí Yunesí como nuevo ministro de Información (responsable tanto de la seguridad como del espionaje interior). El presidente, Mohamed Jatamí, logró, tal como se preveía, un amplio respaldo de la Cámara para su candidato (197 de los 224 votos emitidos), quien prometió poner que los servicios secretos trabajarán de acuerdo con la política moderada del Gobierno reformista.
Se trata de una nueva victoria de Jatamí en su esfuerzo por hacer prevalecer el Estado de derecho y extender su limitada autoridad como presidente a las Fuerzas de Seguridad del Estado. "Cualquiera que respete la ley y crea en la Constitución debe sentirse seguro en este país, es su derecho", subrayó Jatamí durante su intervención para pedir la confianza de los diputados, mayoritariamente conservadores, para su nuevo ministro."El Ministerio de Información debe ser la luz del régimen, no su puño. Debe ser el cerebro del régimen, no su brazo", manifestó. "Lo que queremos es tener buena información, no un mero aparato policial. Eso está de acuerdo con nuestros valores religiosos. Si tenemos buena información, no necesitaremos un brazo intimidante para imponer la seguridad".
Yunesí, en una breve intervención posterior a su ratificación, se reconoció en las palabras del presidente y defendió la necesidad de unos servicios secretos "poderosos y competentes" para enfrentarse a "las conspiraciones" de los "enemigos del régimen islámico". También afirmó que su ministerio debe "obedecer al guía y al presidente Jatamí, y abstenerse de tener preferencias" respecto a los diferentes grupos políticos iraníes.
El cambio de ministro se produce en un momento crucial de la batalla política entre reformistas y conservadores. Aunque el voto de confianza del Parlamento es independiente del proceso electoral que culminará mañana con los primeros comicios municipales desde la Revolución Islámica (1979), la dimisión hace dos semanas del anterior titular, Qorbanali Dorri Nayafabadi, fue fruto del lado oscuro de la misma lucha por el poder. La implicación de agentes de su ministerio en los asesinatos de varios intelectuales y miembros de la oposición en los últimos meses del año pasado no le dejó otra salida.
Tanto el reconocimiento de la responsabilidad oficial como la posibilidad de renovar un ministerio que estaba bajo control conservador han sido valorados por los observadores como un éxito para el presidente Jatamí. Cierto es que los todopoderosos servicios secretos, considerados en Irán un Estado dentro del Estado, pasan a manos de otro conservador, pero Yunesí es respetado entre los moderados por no haberse significado en la lucha por el poder que desde el triunfo del reformista Jatamí se ha desatado en la República Islámica. "Es un hombre preparado y ponderado tanto en su pensamiento como en sus acciones", dijo de él Jatamí al hacer su presentación ante los diputados.
Yunesí, de 43 años, está considerado sobre todo como un técnico que, en palabras de los analistas políticos, "va a poner la casa en orden". Perseguido en su juventud por la policía secreta del régimen del sah (Savak) y vinculado al entrenamiento de grupos guerrilleros en Líbano antes incluso de la Revolución Islámica, ha hecho toda su carrera profesional en los servicios secretos, e incluso su instrucción religiosa en la ciudad santa de Qom culminó, en 1986, con el título de juez islámico especializado en asuntos de seguridad nacional. Desde entonces ha ocupado diversos cargos en la judicatura y ha sido responsable de política e instrucción ideológica de los Comités Revolucionarios.
"La atmósfera sigue tensa", declara a EL PAÍS Ibrahim Yazdí, líder del prohibido pero tolerado Movimiento por la Libertad en Irán y uno de los intelectuales que suelen recibir llamadas amenazantes de los grupos extremistas. Para él, que por toda protección tiene la compañía de un militante de su partido sin armas, el cambio de ministro no es muy significativo. "No confiamos en las autoridades. Ni siquiera los ministros están libres de ataques", manifiesta en referencia a las recientes agresiones sufridas por el titular de Cultura, Ataolá Mohayeraní, el entonces vicepresidente y hoy candidato a concejal por Teherán Abdolá Nurí, o al hermano del guía espiritual y consejero presidencial Jatib Jamenei.
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