Iraquíes exiliados atacan la embajada de su país en Teherán
Unos mil iraquíes exiliados en Irán que protestaban contra el asesinato de la pasada semana del más alto dignatario shií en Irak atacaron ayer la embajada del régimen de Sadam Husein en Teherán. Varios de ellos incluso penetraron en el recinto, momento en el que la policía iraní realizó disparos al aire para disolver a los manifestantes.Un agregado de prensa de la embajada señaló que seis personas entraron en la legación, de donde fueron expulsados por el personal iraquí. Según el portavoz, los manifestantes destrozaron a pedradas las ventanas de la embajada y causaron daños en la puerta sin que la policía hiciera nada. "Al cabo de una hora llegaron los antidisturbios a disolver a los manifestantes", dijo el portavoz. "Si hubiesen querido, les podían haber impedido acercarse a la embajada".
Los manifestantes llevaban banderas negras en señal de luto por el asesinato en Nayaf, en el sur de Irak, del gran ayatolá Mohamed Sadeq Sadr, de 70 añosn y de sus dos hijos. Sadr es el tercer destacado religioso shií asesinado en Irak en menos de un año. Había desafiado al régimen con la instauración de la plegaria de los viernes, a lo que se oponía el Gobierno. Sus discursos atraían muchos fieles.
