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El Ararteko presentará un informe sobre malos tratos policiales a inmigrantes

"Sólo tengo problemas con la policía cuando voy con mi amigo negro". Éste es uno de los 52 testimonios recogidos en el informe El color de la sospecha, elaborado hace un año por dos representantes de una ONG del barrio bilbaíno de San Francisco. El ararteko, Xabier Markiegi, decidió entonces actuar de oficio para indagar las denuncias de los supuestos malos tratos cometidos por agentes la Policía Municipal bilbaína y la Ertzaintza, que patrullan la zona. Markiegi presentará su informe ante el Parlamento vasco el 25 de marzo.

El ararteko, Xabier Markiegi, presentará el próximo 25 de marzo en el Parlamento vasco un informe sobre los presuntos malos tratos que sufren los inmigrantes por parte de los cuerpos policiales. Markiegi actuó de oficio tras conocer el estudio El color de la sospecha, elaborado hace un año por dos representantes de una ONG del barrio bilbaíno de San Francisco, que recogía 52 testimonios de supuestas víctimas . Fruto de sus indagaciones y de las conversaciones que ha mantenido con la Policía Municipal y la Ertzaintza ha elaborado un texto que expondrá ante la cámara vasca.PÁGINA 4

El Ararteko informará al Parlamento de los malos tratos policiales a inmigrantes

Después de haber mantenido varias reuniones con los responsables tanto de la policía vasca y la municipal de Bilbao, el defensor del pueblo de Euskadi prepara un amplio informe sobre el tratamiento policial hacia los inmigrantes de color que tiene previsto exponer el próximo 25 de marzo en el Parlamento vasco. La mayoría de los afectados por estas violaciones de derechos era de raza negra. El céntrico barrio de San Francisco, una zona deprimida de Bilbao a la que no están llegando los nuevos aires de regeneración urbanística de la capital, concentra el principal volumen de inmigrantes que intenta asentarse en Euskadi. La situación actual de este enclave azotado por el tráfico de drogas y la prostitución en sus calles es similar a la de hace un par de años, cuando Beatriz Díaz y Javier Fantova decidieron elaborar el informe El color de la sospecha, ante el aumento de las violaciones de derechos fundamentales de personas que habitan en el barrio. "El policía me dijo: "Calla la boca, negro de mierda, aquí sólo hablo yo", relataba uno los afectados en aquel informe. Además de insultos, los afectados denunciaban haber sufrido golpes y vejaciones: "Hice todo lo que me pidieron y sólo porque pregunté por qué contaban mi dinero, me pegaron". Estos malos tratos no sólo se producían cuando la policía pedía la documentación en la calle, sino que se repetían a la hora del registro: "A mi amigo le desnudaron del todo, incluso le obligaron a quitarse los calzoncillos. A mí sólo me registraron los bolsillos". El colectivo de inmigrantes no representa en el País Vasco ni siquiera el 2% de la población y es, en proporción, sensiblemente inferior al de la media del resto de España. La mayoría de ellos proviene de países de la Unión Europea, por lo que la proporción de inmigrantes magrebíes, subsaharianos, latinoamericanos o chinos, por poner un ejemplo, se reduce considerablemente. De estos datos se desprende, según señalan los autores del libro que se publicará el próximo mes de marzo, El grito del otro, que en Euskadi no existen graves problemas de integración social. El contacto cultural de estos grupos con los nativos es muy pequeño. Salvo en zonas como el barrio bilbaíno de San Francisco. Allí habitan cientos de inmigrantes indocumentados, la mayoría magrebíes y procedentes del África negra, que luchan por conseguir su permiso de residencia en condiciones extremas. Muchos de ellos son estudiantes, vendedores ambulantes, comerciantes o empleadas de hogar. La disculpa de las drogas En muchas ocasiones, con la disculpa de controlar el tráfico de drogas se cometen abusos contra los inmigrantes, según afirma el profesor titular de Sociología de la Universidad del País Vasco (UPV) César Manzanos: "Me consta que el Ararteko ha tenido conversaciones con la policía, pero soy muy escéptico ante las medidas que se puedan tomar". Manzanos, que vivió en San Francisco, cree que la policía presiona constantemente a los inmigrantes que se encuentran a punto de legalizar su situación. "Les amenazan con la expulsión. De esta forma consiguen dispersar a una población que se siente acosada", afirma. Mientras, los comentarios de los habitantes de San Francisco, un barrio cada vez más abandonado y dejado de la mano de las autoridades, vaticinan un futuro poco halagüeño: "Están dejando que se degrade para meter las palas", advierte un vecino en referencia a los ambiciosos planes urbanísticos municipales.

Destino de rebote

El País Vasco es una región de rebote. Los inmigrantes se desplazan a grandes ciudades como Barcelona o Madrid. Ése es su primer destino. Desde allí, ante las innumerables dificultades con las que se topan para encontrar trabajo, deciden desplazarse al resto. Hasta tierras vascas llega una población flotante que, en muchos casos, proviene de La Rioja, Aragón y el Mediterráneo. Los principales focos de asentamiento se concentran en las poblaciones de la margen izquierda del Nervión, en el barrio bilbaíno de San Francisco y la zona fronteriza de Irún. El colectivo más numerosos es el magrebí. Llegados en los años sesenta, estas familias se han integrado perfectamente en Euskadi y conforman hoy un grupo estable que no tiene intención de volver a su país de origen. Otro colectivo similar, aunque mucho más opaco, es el chino. Llegan desde hace 30 años y su afluencia no cesa. Normalmente salen de su país ayudados por las mafias. El coste del viaje, unos 30 millones de pesetas, les obliga a trabajar duro para devolver el dinero. En los últimos años ha aumentado también la llegada de caribeños, brasileños y subsaharianos.

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