Asesinado de 10 puñaladas un taxista en Santiago

Un taxista de Santiago de Compostela falleció ayer en el hospital diez horas después de haberse presentado en un bar desangrándose y con un decena de puñaladas por casi todo el cuerpo. La víctima había acudido a hacer un servicio a la localidad de Ordes (A Coruña), distante de Santiago unos 25 kilómetros. El móvil del asesinato no parece claro, de momento, ya que al taxista se le encontró dinero encima.La víctima, José María García Corral, de 55 años, estaba soltero y vivía con su madre y sus hermanos. Sus compañeros lo vieron por última vez poco después de la medianoche del sábado, cuando salió de la parada de taxis de la Praza Roxa, en el centro de Santiago. Llevaba en su coche a cuatro jóvenes clientes. Más tarde, sobre la una de la madrugada, un hombre irrumpió completamente ensangrentado en un bar, en pleno centro de Ordes. José María García Corral apenas tuvo fuerzas para pedir auxilio antes de caer desplomado al suelo. Hace años había sufrido dos atracos, uno de ellos a punta de navaja.

A veinte metros del bar estaba su coche, un Mercedes que tenía las luces encendidas, el limpiaparabrisas funcionando y los asientos llenos de sangre. García Corral fue trasladado al Hospital Xeral de Galicia, en Santiago. Se le apreciaron diez puñaladas en el tórax, la cabeza y ambos brazos. Los esfuerzos de los médicos resultaron infructuosos y, tras toda una noche de agonía, el taxista falleció sobre las 11 de la mañana de ayer. El personal del centro sanitario encontró dinero en sus bolsillos, lo que, aparentemente, podría desmontar la tesis de que el móvil del crimen fuera el robo.

Un hecho sin precedentes

El asesinato causó la normal impresión en una ciudad de 120.000 habitantes, más bien apacible y en la que apenas se producen más episodios de violencia que algunos excesos vandálicos de los universitarios en sus juergas nocturnas. "En 70 años que lleva funcionando en Santiago el servicio del taxi, nunca se había producido nada así", declaró, con cierta perplejidad, el alcalde de Santiago, Xosé Sánchez Bugallo. "Es más, llevábamos una época muy buena de más de 20 meses sin atracos ni incidentes dignos de mención en el colectivo del taxi".

Sánchez Bugallo hizo un llamamiento a la "serenidad" e incidió en el carácter excepcional del trágico suceso. "Santiago sigue siendo una ciudad tranquila y segura, independientemente de que haya sucedido una cosa así, que nos ha consternado a todos". También Francisco Franco, el presidente de los taxistas compostelanos, que han convocado un paro de dos a cinco de la tarde de hoy, pidió "tranquilidad" a sus compañeros. En la investigación colaborarán la Guardia Civil y la Policía, según adelantó el delegado del Gobierno en Galicia, Juan Miguel Diz Guedes.

Franco reclamó mayores medidas de seguridad para los trabajadores del taxi. "La procesión va por dentro", dijo, "pero yo pido a los compañeros tranquilidad".