Urbanismo renuncia a ejecutar el plan de gasolineras

Luis Armada, gerente municipal de Urbanismo, asegura que el Plan Especial de Gasolineras es papel mojado: "Ni siquiera es una referencia". Asegura que dentro de las 27 gasolineras pintadas como vacantes en el Plan General de Urbanismo de Madrid, aprobado en abril de 1997, sólo unas 20 serán de suelo público, pero prevé que, como mucho, sólo 10 saldrán a concurso y las otras quedarán en reserva. De las 56 parcelas para estaciones de servicio que el PP prometió sacar a concurso ya sólo quedan 10.Ignacio del Río, concejal de Urbanismo, asegura que el concurso se producirá después de las elecciones municipales de junio y que el Ayuntamiento de Madrid no intervendrá, "por respeto a las directivas europeas", en los territorios periféricos (nuevos barrios en las afueras) que se vayan urbanizando.

Esta liberalización del sector tiene ya un ejemplo: en el distrito de Vallecas se ha aprobado que de seis nuevas gasolineras, cinco queden en manos de empresarios privados mientras que la sexta la regentará o rentabilizará el Ayuntamiento. Los concursos para adjudicar gasolineras en los nuevos barrios quedarán en manos de la iniciativa privada. Según un cálculo de Luis Armada, los nuevos barrios podrán acoger entre 50 y 60 nuevas gasolineras.

Aunque el Ayuntamiento de Madrid apruebe las 27 gasolineras del casco urbano de Madrid y se abran las 60 previstas en las afueras, la capital contará con poco más de 200 gasolineras. Insuficientes todavía para reducir el déficit apuntado por los redactores del Plan Municipal de Gasolineras. Madrid tenía en 1992 un total de 97 gasolineras (hoy, 105), frente a las 1.713 de Roma, 1.800 de Londres, 207 de Copenhague, 408 de Viena, 290 de Hamburgo o 111 de Oslo.

"Oscurantismo"

Ni siquiera la cifra de las 27 gasolineras vacantes es real. Al menos cinco están adjudicadas ya. Y el Ayuntamiento tiene en sus manos garantizar su rentabilidad. Para ello sólo tiene que congelar la apertura de gasolineras próximas que estaban previstas en su propio plan. Es el caso de Campo de las Naciones o la de Arcentales, cuyos cercanos emplazamientos para gasolineras rivales no ven la luz. Son dos ejemplos, pero hay más de cómo la corporación puede garantizar la falta de competencia.

El Ayuntamiento, que ha renunciado a su capacidad de controlar y rentabilizar este sector, tiene una poderosa capacidad para decidir el destino de los aspirantes a gasolineros.

"El Ayuntamiento, con sólo marcar una gasolinera sobre plano multiplica el valor de un terreno que, si no, sería un mero patatal. Y eso lo hace gratis. No obtiene ningún provecho. No hay ningún control de a quién se le marca que puede ir una gasolinera y a cambio de qué. Esto favorece el oscurantismo y el clientelismo", señalan los dirigentes del PSOE e Izquierda Unida.