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De capitán de barco a basurero en Alaska

El patrón del petrolero "Exxon Valdez" recogerá basura durante 1.000 horas por el desastre ecológico que causó en 1989

Joseph Hazelwood era el capitán del Exxon Valdez cuando el 24 de marzo de 1989 dormía una borrachera en su camarote. El petrolero encalló en los arrecifes del golfo de Alaska y esparció por el mar 260.000 barriles de crudo (42 millones de litros). A los diez años del desastre ya conoce su condena por negligencia: 1.000 horas de servicio a la comunidad como basurero en el estado de Alaska.Su trabajo será más sencillo que el de los 7.200 especialistas que tuvieron que limpiar la mancha de crudo de 20 kilómetros cuadrados, la mayor provocada jamás por un petrolero estadounidense. Pero Hazelwood no tendrá que agobiarse: dispone de 5 años, hasta el 2004, para cumplir las 125 jornadas de trabajo que suponen las 1.000 horas de condena, en el caso de que decida trabajar ocho horas al día.

La condena se ha hecho esperar. El Tribunal Supremo de Alaska encontró culpable de negligencia a Hazelwood en 1990, pero las sucesivas apelaciones y recursos han conseguido retrasar el cumplimiento de la pena hasta el miércoles pasado, cuando se le comunicó que el próximo verano debe poner manos a la obra . "No le queda otra posibilidad que comenzar a recoger basuras", declaró el ayudante del fiscal general de Alaska, Eric Johnson.

Y lo tendrá que hacer en cualquier lugar del estado, a pesar de que la sentencia inicial le obligaba a que fuera en el estrecho del Príncipe Guillermo, la bahía más próxima al lugar del desastre, allí donde 2.400 kilómetros de costa fueron anegados por la marea negra.

Hazelwood se encontraba borracho en su camarote en el momento del accidente, mientras un oficial inexperto gobernaba el barco. No era la primera vez que sufría los efectos del alcohol: en los ochenta había sido procesado por conducir ebrio su vehículo. En tres ocasiones le retiraron el carné.

Está por decidirse si el condenado capitán pagará los 50.000 dólares (7,3 millones de pesetas) de indemnización a que fue condenado en 1990. Quien sí ha pagado ha sido la compañía petrolífera Exxon. Fue en 1994. Abonó 5.000 millones de dólares (730.000 millones de pesetas) por el desastre, y 287 (41.902 millones de pesetas) por los perjuicios causados a los 10.000 pescadores de salmón de la zona.

Rico ecosistema

El golfo de Alaska representa uno de los ecosistemas más ricos del mundo. El vertido de 1989 afectó gravemente a diversas especies animales. En apenas dos meses murieron más de 11.000 pájaros de 30 especies distintas, 700 nutrias y 30 águilas, según los responsables del área de Medio Ambiente del estado de Alaska. Los parques nacionales de Katmai y Kenai Fjiords, antes lugares vírgenes, resultaron muy dañados, y los osos pardos se alimentaron durante días de salmones intoxicados por el petróleo. Los lobos grises, orcas, focas y bisontes corrieron la misma suerte.

Consciente de la enorme trascendencia de su negligencia, Joseph Hazelwood se fugó tras ser despedido por la petrolera Exxon. La justicia de Alaska había presentado cargos contra él al conocer los resultados positivos del análisis de alcoholemia a que había sido sometido después del vertido.

El capitán anduvo en paradero desconocido durante dos semanas, pero no precisamente por las manchadas playas de la bahía del Príncipe Guillermo. Un día se presentó ante las autoridades de Long Island, Nueva York con un escueto: "Soy Joseph Hazelwood". Acababa de dejar de ser patrón de barco y comenzaba una larga carrera judicial que le ha convertido en basurero.

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