La ampliación de Barajas obliga a Fomento a mover un kilómetro la nueva terminal
El Ministerio de Fomento ha decidido mover por segunda vez la nueva terminal del aeropuerto de Barajas, diseñada por los equipos de arquitectos Lamela y Rogers, y de la que aún no se ha colocado ni un ladrillo. Si en febrero de 1998 ordenó trasladar 338 metros al sur el proyecto al descubrir que se iba a levantar en la senda de aterrizaje de los aviones, ahora ha mandado desviar un kilómetro al este la terminal por dos razones: falta sitio para un aparcamiento mayor y, además, con la construcción de dos nuevas pistas, la terminal quedaría en una esquina del aeropuerto.
La terminal está compuesta por dos grandes edificios: el procesador (donde los viajeros facturan el equipaje y donde están las tiendas, los mostradores de servicios...) y el satélite (desde donde embarcan los pasajeros y junto al que aparcan los aviones). El traslado de estos edificios se llevará a cabo en dos fases. La primera afectará al procesador, que será movido unos doscientos metros hacia el este. Antonio Gracia, presidente de Ineco, consultora del Ministerio de Fomento, explicó ayer que este traslado se efectuará "para poder ampliar el aparcamiento que se encuentra a sus espaldas, que podrá pasar así de 9.000 plazas a 12.000".Según Gracia, y a pesar de que los madrileños utilizan poco el coche para acercarse al aeropuerto, dada su proximidad a la ciudad, "el aparcamiento diseñado resultaba demasiado pequeño".
Sin embargo, los satélites se irán mucho más lejos: un kilómetro más allá, en el centro de las cuatro pistas del futuro Barajas (véase gráfico). Según explicó ayer Gracia, "todos los grandes aeropuertos del mundo han optado por colocar sus terminales entre las pistas, porque así se ahorra mucho tiempo a los viajeros".
140 mangueras
Los nuevos edificios satélites contarán con 140 mangueras de conexión entre los aviones y las instalaciones. "Consideramos que debe existir el mismo número de fingers que movimientos puede realizar cada hora un aeropuerto. Como Barajas podrá alcanzar casi 140 operaciones por hora, una vez que las nuevas pistas estén acabadas, se deberán construir igual número de fingers", explica Gracia.
Fomento proyectó cambiar al centro de las pistas tanto el procesador como los satélites. "Pero tuvimos que desistir porque intentar trasladar todo el conjunto iba a lentificar demasiado las obras, ya que habría que volver a redactar todo el proyecto", reconoce el presidente de Ineco.
Para que los viajeros puedan recorrer en el menor tiempo posible la distancia que separa el procesador de la zona de satélites, Fomento construirá un tren monoviga y sin conductor, que recibirá el nombre de people-mover. Este tren recorrerá la distancia que existe entre ambas construcciones en aproximadamente un minuto. Tardará otros cuatro minutos más en llegar a las actuales terminales, separadas casi cinco kilómetros de la futura zona de embarque.
Estas modificaciones de última hora han obligado a Fomento a retrasar entre seis y siete meses más el inicio de las obras de la nueva terminal, previstas para los primeros meses de este año.
Fomento calcula que las dos nuevas pistas y la terminal estarán finalizadas aproximadamente en el año 2003. En ese momento, y con todos los servicios del aeropuerto centralizados entre las lanzaderas, se cerrarán las actuales terminales.
"Ya no tendrán sentido las viejas instalaciones, porque quedarán muy lejos de las nuevas pistas. Por ello, la única solución será su cierre. Quizá, para alguna ocasión muy especial, podrían utilizarse alguna vez", detalla Gracia.
300.000 millones de pesetas
La ampliación de Barajas costará cerca de 300.000 millones de pesetas, según las primeras estimaciones del Ministerio de Fomento. Unos 200.000 millones se invertirán en la construcción de las dos pistas, 50.000 más en la expropiación de los terrenos necesarios para levantar estas infraestructuras y otros 40.000 millones de pesetas más en la construcción de la nueva terminal. Sin embargo, el traslado de la terminal, según Ineco, no supondrá ningún coste adicional. "Sirven los proyectos existentes. Sólo hay que cambiarlos de sitio".
Hace dos semanas, el ministro de Fomento, Rafael Arias-Salgado, presentó en el Consejo de Ministros un informe redactado por Ineco donde se proponía la ampliación de Barajas con dos pistas más y la construcción de un segundo aeropuerto en el municipio de Campo Real.
Desde Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea (AENA), organismo público que gestiona los aeródromos nacionales, se recordó ayer que, antes de llegar a estas conclusiones, se estudiaron una veintena de posibles alternativas a la ampliación de Barajas, tal y como obliga la declaración de impacto ambiental. "Finalmente, quedaron cuatro opciones", se explica, "Getafe, Cuatro Vientos, Santorcaz y Campo Real. Los dos primeros emplazamientos fueron descartados por su cercanía a grandes núcleos de población. Santorcaz fue eliminado posteriormente porque en Campo Real se daban mejores condiciones meteorológicas".
Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea recuerda que se necesitarán casi 15 años para construir el nuevo aeropuerto de Campo Real. "Si se comienza ahora el proyecto, vamos con el tiempo justo para terminarlo cuando Barajas esté ya al límite. El aeropuerto madrileño, a pesar de sus cuatro pistas, se volverá a quedar pequeño en el año 2015 o 2020".
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