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BOGOTÁ

La divisa, por encima de la montera

Alguien pronunció ha muchos años aquello de "la divisa, por encima de la montera", pero como la historia es un alacrán que se muerde la cola, ciertas tardes la frase recobra vigencia. Pero no fueron toros que hacen exclamar "qué bárbaro". Iban una vez al caballo, y peleaban corto tiempo porque los picadores levantaban la vara en cuanto los veían doblar las manos. Todos tomaron bien los trastos, pero había que llevarlos a media altura para que no se cayeran. Por aquí alguien le dice a esto "faenas terapéuticas".En cuanto a la montera, la tarde dejó un saldo en "débito". César Camacho a un Zalduendo le descubrió el pitón izquierdo y se estiró. Su segundo pedía que lo entendieran. Con esa ilusión se fue al desolladero.

Tres ganaderías / Camacho, Cordobés, Juli

Dos toros de Juan Pedro Domecq, tres de Zalduendo y uno de Torrealta, bien presentados, bravos, carentes de fuerza. César Camacho: ovación y silencio. El Cordobés: oreja y silencio. El Juli: oreja y algunas palmas.Plaza de Santamaría, 14 de febrero. Cerca del lleno.

El Cordobés se llevó un Zalduendo con temple y bondad. Usted ya sabe: faena terapéutica, alegría, cabellera que se agita. En el Torrealta, el mejor de la temporada, muchos pases.

El Juli, con un Domecq de miel, se metió entre los pitoncillos y enloqueció a un público que viene a divertirse. Y para cerrar una masa de sebo de Torrealta, fatigado, cansino. En los tendidos, algunas palmas ahogadas por el bostezo.

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