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El pantano de Rialb sepultará yacimientos prehistóricos y edificios e iglesias medievales

La Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) iniciará el próximo mes de mayo el llenado del pantano de Rialb (Noguera), una gran obra hidráulica que ha supuesto la desaparición de seis pueblos y la emigración forzosa de más de 400 personas. El embalse no sólo destruirá una rica zona de huerta del Mig Segre, sino que bajo sus aguas quedarán anegados conjuntos monumentales, formados por yacimientos prehistóricos, iglesias, ermitas y edificios que datan de la época medieval. De todo ese vasto patrimonio cultural, la Generalitat sólo tiene previsto salvar de las aguas una pequeña muestra. Otros restos desaparecerán porque, a juicio de los técnicos, carecen de valor arquitectónico.

Antes de iniciarse las obras del pantano de Rialb, un equipo de arqueólogos de la Generalitat realizó una prospección exhaustiva en toda el área inundable para realizar un inventario de todos los restos arqueológicos conocidos hasta aquel momento, documentar los posibles hallazgos y buscar soluciones para su rescate y traslado a otra ubicación. La zona examinada es rica en yacimientos y monumentos ya que antiguamente fue un lugar de paso y de asentamiento de diferentes pueblos y culturas. Los yacimientos descubiertos van desde el neolítico hasta la arquitectura medieval. A medida que avanzaban las obras de construcción, ante la indiferencia de la Generalitat, los amantes del arte y estudiosos alzaron su voz para suplicar que se salvara el mayor número posible de monumentos. La alarma fue mayúscula cuando la Administración central, responsable de la presa, anunció que dinamitaría las poblaciones de Tiurana, Miralpeix, Bassella, Aguilar y Castellnou, incluidas sus iglesias y ermitas, para evitar que sus ruinas levanten sentimientos de nostalgia cuando sobresalgan del nivel del agua. Cruzada Miembros de la Asociación de Amigos del Arte Románico también emprendieron una auténtica cruzada en los despachos para impedir que se consumara lo que calificaban como tropelía cultural. "Olvidarse de 10 ermitas románicas porque ya tenemos 2.500 en Cataluña, es un disparate", se lamentaban. A los defensores del románico les resultaba difícil de entender la indiferencia inicial de los responsables del Patrimonio Cultural de la Generalitat, quienes alegaban que la mayoría de las iglesias y ermitas de la zona que inundará Rialb carecían de valor arquitectónico y no estaban catalogadas. En un principio, tras esa argumentación se escondían razones económicas. Salvar una ermita románica es una cuestión de dinero, a pesar de que por ley el 1% del coste de la obra hidráulica -más de 100 millones de pesetas- debe destinarse a actuaciones culturales. Al final, la Generalitat rectificó y se tomó en serio la posibilidad de salvar algunos monumentos. El proyecto de recuperación de los restos arqueológicos afectados por la construcción del pantano de Rialb propone tres intervenciones en elementos arquitectónicos y nueve excavaciones. Josep Gallart, responsable del Servicio de Arqueología de la Generalitat en Lleida, ha explicado que entre todos los edificios religiosos que quedarán anegados no figura ninguna de las ermitas románicas que hay en la zona. "Todo lo que desaparecerá bajo las aguas de Rialb no tiene excesivo valor histórico o arquitectónico, aunque sí puede tenerlo sentimental", precisó Gallart. La CHE y la Generalitat han adjudicado el proyecto de recuperación de los restos arqueológicos a la empresa burgalesa Conservación del Patrimonio Artístico. Esta es una firma que tiene una gran experiencia en el campo de la restauración monumental, como lo demuestran los trabajos realizados en los últimos tiempos en las catedrales de Burgos, Santiago de Compostela y Tarragona. En este caso la misión se presume complicada, ya que las obras incluyen el traslado de una ermita románica y dos dólmenes prehistóricos. Los primeros trabajos encaminados a conservar una pequeña parte del patrimonio arquitectónico y cultural de la zona inundable de Rialb empezaron ayer y cuentan con un presupuesto de 150 millones de pesetas. El dolmen Tres Pilars De las 12 actuaciones previstas, 4 tienen que estar finalizadas antes del próximo 1 de mayo, ya que se encuentran en zona de inundación y en esa fecha se empezará a embalsar 30 hectómetros cúbicos de agua en Rialb. Son prioritarios los traslados de la ermita de Santa Eulàlia, el dolmen Tres Pilars y las excavaciones arqueológicas de la Cova del Segre y de las iglesias de Tiurana y Bassella. De todas las ermitas amenazadas sólo se trasladará la de Santa Eulàlia de Pomanyons, en la Baronía de Rialb. Esta ermita, del siglo XI, tiene una sola nave con un ábside. Su traslado será complejo, aunque al ser pequeña y hallarse en buen estado de conservación se podrá desmontar piedra a piedra y reconstruirla en un lugar cercano a la ermita románica de Sant Girvés, adonde también se trasladarán unas estructuras medievales localizadas en sus alrededores consistentes en un aljibe excavado en la roca y unos enterramientos. En esta ermita de Sant Girvés y en la de Sant Martí de La Clua, que no quedarán anegadas, se efectuarán excavaciones arqueológicas y obras de consolidación y restauración.

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