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La línea 7 del metro se alarga más de cuatro kilómetros hasta Valdezarza

A las 12.06 de ayer, haciendo sonar alegremente la bocina, irrumpía en la nueva estación de Islas Filipinas un convoy conducido por dos personajes famosos y muy risueños: el presidente de la Comunidad, Alberto Ruiz-Gallardón, y su consejero de Obras Públicas y Transportes, Luis Eduardo Cortés. La nueva ampliación de la línea 7, la gran estrella de las obras del metro, quedaba así inaugurada. Desde ahora, ya es posible viajar entre Las Musas (San Blas) y Valdezarza de un tirón.

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El este y el noroeste de la ciudad se dan la mano con cuatro nuevas estaciones. Si la línea 7 -que hasta la legislatura pasada expiraba en Avenida de América- había llegado a Canal en octubre, ahora ha mordido el subsuelo de otras cuatro estaciones: Islas Filipinas, Guzmán el Bueno (donde se puede hacer transbordo con la línea 6), Francos Rodríguez y Valdezarza, muy cerca ya del eje Sinesio Delgado. El tramo abierto ayer mide 4,6 kilómetros -el viaje que se prolonga durante poco más de diez minutos- y ha costado 25.000 millones, casi 5.000 por encima de las previsiones iniciales.Una auténtica legión de empresarios, ingenieros y demás personalidades acompañó ayer a las autoridades durante el primer recorrido por el nuevo tramo. Las apreturas del viaje inaugural se repitieron durante el resto de la jornada con los usuarios de a pie, con el inconveniente adicional de que muchas unidades circulaban con sólo tres vagones.

Los primeros trenes de refuerzo llegarán en cuestión de veinte días, apuntaron los responsables de la obra, pero, mientras tanto, pueden sufrirse ciertas demoras y notables estrecheces en el interior.

Lo más importante, apuntó Alberto Ruiz-Gallardón, es que el metro avanza hacia la periferia, en un ejercicio de "reequilibrio territorial". Los vecinos de Valdezarza, en el extremo más depauperado del distrito de Moncloa, recibieron ayer la apertura de la estación con el ánimo propio de los grandes acontecimientos: nervios, abrazos y algún tentempié en plena calle.

A este barrio le ha correspondido, además, uno de los diseños más impactantes de toda la red, con unos colosales ojos de buey que proporcionan cierta iluminación cenital a unos andenes situados a 25 metros de profundidad. "Ha sido fruto de una mezcla de diseño y necesidad, porque a través de esos grandes vanos teníamos que extraer las piezas de la tuneladora La Paloma", detalló ayer el director de la línea, Jesús Trabada. El resultado es muy vistoso, pero no resulta del todo aconsejable para quienes sufran de vértigo. En la superficie, un plácido parque de 30.000 metros cuadrados sirve para redondear la faena. La línea cuenta con algún otro detalle estético reseñable, como un mural con fragmentos de anuncios antiguos en el vestíbulo de Francos Rodríguez, además de un alarde técnico en Guzmán el Bueno: el nuevo andén se ha encajado entre la superficie y el ya existente para la línea 6.

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