Gramáticos del punki
De triunfo total cabe definir la visita que estos californianos han hecho a nuestro país: en Barcelona, casi 2.000 personas quedaban en la calle, y en Madrid, el llenazo de la sala fue importante; y ya no tanto la cuestión de la cantidad de público, sino el ambiente de aceptación generalizada de este punki estándar como vehículo de la música juvenil con melodía más enérgica del presente y consecuencia lógica de la evolución del rock de los sesenta, setenta y ochenta. Los Offspring han escrito la primera gramática de este nuevo idioma, que sonó a exabrupto en la voz de Johnny Rotten, pero que, con el tiempo y su debida rentabilidad comercial, se ha transformado en inglés de Oxford. Arrancaron, en medio del delirio colectivo, con All I want y Session, para adentrarse de inmediato en su último álbum, Americana, que está lleno de temas fácilmente asimilables. Gozando de un sonido nítido, al que tal vez le faltara algo de cuerpo, y abusando de esas parrillas de luz que le pegan en los ojos al espectador, el grupo fue alternando poderosos singles del último disco, como The kids aren"t allright, Pretty Fly o el casi beatle Whay don"t you get a job?, con los de sus álbumes hipervendedores Smash e Ignition; temas como Self Esteem, Gone away o Nitro, que el personal cantó hasta la ronquera. Pese a las protestas, el concierto tuvo una duración más que correcta: una hora y cuarto. Más, cansa.
The Offspring
Brian Dexter Holland (voz y guitarra), Kevin Noodles (guitarra), Greg Kriesel (bajo) y Ron Welty (batería). Sala La Riviera. 2.700 pts. Madrid, Miércoles 10 de febrero.
Babelia
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