Los ecologistas afirman que la urbanización masiva de la sierra pone en peligro el abastecimiento de Madrid
Ecologistas en Acción pintó ayer un futuro negro lleno de coches y casas en la sierra del Guadarrama. Esta asociación denunció que en los próximos 15 años está prevista la construcción de 67.000 viviendas, lo que elevaría la cifra de residentes en la sierra a medio millón de personas. Francisco Segura, portavoz de la asociación, aseguró que el medio ambiente madrileño no podrá soportar esta nueva presión y que "la capital sufrirá las consecuencias". Segura explicó que la urbanización masiva pone en peligro la continuidad de los acuíferos, que no se recargarán al estar todo recubierto de asfalto y cemento, y que el aire que respiran los ciudadanos empeorará notablemente. "En los encinares del Alberche, que son los que generan el aire de Madrid, se proyectan ya urbanizaciones y autopistas", indicó. En un informe elaborado al respecto, los ecologistas citan como ejemplos de este masivo crecimiento a 13 ayuntamientos, entre los que destaca Majadonda, que incrementará su capacidad residencial en un 82,8%, Villamanta (416%) o Aldea del Fresno (66,3%).Segura añadió que, "de continuar la tendencia actual, se va a producir un trasvase de población a zonas de gran calidad ambiental, que dejarán de serlo, porque el aumento de población conlleva la construcción de nuevos viales, captaciones de agua e infraestructuras con un gran impacto ambiental".
En este sentido, Segura manifestó que el propio Canal de Isabel II ha advertido ya de una posible escasez de agua en Madrid "porque se está reduciendo la superficie de infiltración de agua en el acuífero terciario, que es el que nos abastece en caso de sequías, ya que se está viendo muy limitado en sus aportaciones". Los ecologistas criticaron la política del consejero de Obras, Luis Eduardo Cortes, y exigieron la revisión de los desarrollos previstos, la eliminación de núcleos de población ilegales, la elaboración de planes de ordenación del medio natural y el aumento de la financiación a los ayuntamientos para que no tengan que depender de las licencias urbanísticas. "La mayoría vive de estas licencias. Pero esta situación llega a su fin. En Villalba y Las Rozas, por ejemplo, ya no queda nada que recalificar. Han matado ya a la gallina de los huevos de oro".
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