_
_
_
_

Un equipo de la UPV investiga los problemas del habla en el Alzheimer Cerca de 21.000 mayores de 65 años sufren esta dolencia en Euskadi

El País

Un equipo de investigadores de la UPV, coordinado por el catedrático Jesús Pérez Lerga, ha estudado las alteraciones del habla que sufren los enfermos de Alzheimer, una enfermedad senil degenerativa que afecta a 21.000 ancianos mayores de 65 años en el País Vasco. El proyecto, Apraxia del habla y errores de articulación, ha comparado a enfermos de Alzheimer con ancianos sanos y con niños en edad de aprender a hablar con el objetivo de perfeccionar las técnicas de rehabilitación y mejorar las condiciones de vida de los pacientes.

El síndrome de Alzheimer es una enfermedad senil degenerativa que se caracteriza por la progresiva disminución de las capacidades mentales, evoluciona en un periodo de cuatro a ocho años y termina con la demencia total y la muerte. Según estimaciones de las asociaciones vascas de Alzheimer, de las 420.000 personas afectadas en todo el Estado, cerca de 21.000 viven en el País Vasco. Al tratarse de una enfermedad mental con variados efectos en el paciente, su enfoque debe ser abordado por múltiples disciplinas científicas. Uno de dichos efectos es la apraxia, la alteración de movimientos aprendidos, gestuales, faciales o motrices. Llega un momento en que los enfermos de Alzheimer no saben atarse los zapatos, lavarse o incluso sonreír. Dentro de las apraxias motrices, la que afecta al habla ha sido el objeto del citado proyecto de investigación en la Universidad del País Vasco. El estudio ha comparado a ancianos que sufren Alzheimer con otros sanos, y a su vez con niños en edad de aprender a hablar. En el caso del grupo de mayor edad, se ha estudiado a un total de 37 ancianos que son tratados en la unidad de neurología del Hospital de Aranzazu y en varios ambulatorios donostiarras, mientras que en el caso de los más jóvenes, la muestra ha estado formada por 76 niños de colegios guipuzcoanos y vizcaínos. Los datos de la investigación han sido cotejados con otros del Centro Neurológico de Pamplona. Las personas estudiadas pasaron varias pruebas tanto psicológicas y neurológicas como lingüísticas, centradas en la parte fonética, es decir, en la articulación de los sonidos de las letras. Con los datos obtenidos, se pretende ayudar a perfeccionar las técnicas de rehabilitación de pacientes, el arma más efectiva en la actualidad para la mejora de las condiciones de vida de los enfermos. Como los niños El proyecto comenzó a realizarse en 1997 de la mano de Jesús Pérez Lerga, catedrático de la Escuela de Enfermería en Ciencias Psicosociales y coordinador del proyecto; María Jesús Mozaz Garde, de la Facultad de Psicología de San Sebastián; José Félix Martí Masso, neurólogo del Hospital Nuestra Señora de Aranzazu de San Sebastián y profesor de Neurología de la UPV, y varios colaboradores. El proyecto, cuyo coste ha ascendido a un millón y medio de pesetas, continúa las investigaciones comenzadas por Mozaz Garde en el Centro de Asistencia Geriátrica de Leioa, por lo que puede decirse que estos investigadores llevan ya cinco años estudiando la apraxia del habla. Los investigadores han llegado a la conclusión de que la articulación fonética de los pacientes con Alzheimer se manifiesta de la misma forma que cuando los niños adquieren el lenguaje. Según Pérez Lerga, estos enfermos pronuncian peor que los niños de 6-7 años, pero mejor que los de 3-4 años. Otra de las conclusiones del estudio apunta que la edad en sí no es la causa del problema, y que se requiere una intervención en este campo para facilitar que puedan expresarse mejor. "Lo ideal sería hacer grupos específicos y por individuos, y con el cuidado de equipos de neurólogos, médicos, psicólogos, logopedas, fisioterapeutas y educadores sociales, algo que en los países más avanzados ya se hace", comenta Pérez Lerga.

La enfermedad del anciano

El nombre de la enfermedad proviene del médico neurólogo de Munich Alois Alzheimer, quien en 1907 estudió el caso de una mujer de 55 años que sufría los principales síntomas que definen la enfermedad: demencia progresiva, alteración de la mente, problemas de orientación, falta de memoria y problemas de comunicación. El Alzheimer se caracteriza por una atrofia de tipo cerebral, cuyas causas aún no se conocen, y ni siquiera se sabe si es una dolencia de tipo hereditario. El síntoma más evidente de la enfermedad es la amnesia verbal, el olvido de las palabras. En Estados Unidos, uno de los países que más esfuerzos dedica a la investigación de esta enfermedad, un 65% de las demencias seniles es causada por el Alzheimer, de ahí su trascendencia social. Aunque existen fármacos que ayudan a mantener un determinado tono en el organismo de los pacientes, el enfoque actual para combatir este mal consiste en la rehabilitación personalizada que, aunque no consigue la vuelta a la normalidad del paciente, sí mejora su calidad de vida. En cuanto a los países más desarrollados en la lucha contra la enfermedad, destacan los Estados Unidos, fundamentalmente a través de sus centros privados, y los países nórdicos, cuya tradición social les lleva a tratar el problema en centros públicos. En España, los pacientes con Alzheimer acaban siendo cuidados por sus familiares, que en muchas ocasiones no saben cómo tratar al enfermo, además del enorme sacrificio que supone. En opinión de Pérez Lerga, "se trata de un grave problema social, y las decisiones que deben tomarse son políticas, que afectan a la estructura de la Sanidad pública, ya que el enorme gasto económico necesario se justifica socialmente".

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_