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Serbia acepta enviar una delegación a la cumbre de Francia para la paz en Kosovo

A pesar de las vacilaciones de última hora, el Parlamento serbio aprobó ayer por una monolítica mayoría, 227 votos a favor frente a sólo 3 en contra, el envío de una delegación negociadora a la cumbre para la paz en Kosovo, que mañana comienza en el castillo de Rambouillet, a unos 50 kilómetros de París. Bajo la amenaza militar de la OTAN, Belgrado, que no ha fijado aún el nivel de su delegación, acepta finalmente el diálogo con los independentistas albanokosovares. La comunidad internacional exige a Slobodan Milosevic que devuelva a Kosovo la autonomía política que él mismo abolió en 1989.

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El Gobierno de la República Federal Yugoslava (Serbia y Montenegro) debe ratificar aún el acuerdo parlamentario y designar a los miembros de la delegación, entre los que no se prevé que figure Milosevic, presidente federal. El Grupo de Contacto (EEUU, Rusia, Francia, Reino Unido, Alemania e Italia), que ha convocado la conferencia de Rambouillet, ha pedido a Belgrado que incluya en su representación tanto a responsables federales como del Ejecutivo serbio. Los delegados serbios y kosovares cuentan con un plazo de apenas dos semanas para llegar a un "acuerdo provisional" y fijar una "autonomía sustancial" en Kosovo, según el plan de paz apadrinado por EEUU, que pretende poner fin a un conflicto que ha causado cerca de 2.000 muertes desde febrero de 1998.

Antes de emitir su voto favorable al envío de la delegación negociadora, los diputados serbios impusieron la condición de que la soberanía y la integridad territorial de Yugoslavia y Serbia deben quedar preservadas. El viceprimer ministro serbio Ratko Markovic advirtió de que "una soberanía limitada" sobre Kosovo sería inaceptable para Belgrado. El ultranacionalista Vojislav Seselj, también viceprimer ministro, denuncio a su vez que "la comunidad internacional pretende destruir el país al defender la causa de los terroristas [la guerrilla independentista del Ejército de Liberación de Kosovo (ELK)]".

En el documento parlamentario aprobado ayer se rechaza también cualquier "presencia de tropas extranjeras en territorio yugoslavo bajo el pretexto de hacer aplicar el acuerdo a que se llegue [en Francia]".

Pero los países del Grupo de Contacto ya han comenzado los preparativos para el despliegue militar. La fuerza de pacificación de Kosovo estaría compuesta por unas cinco brigadas, entre 25.000 o 30.000 soldados, según avanzó ayer el ministro de Defensa francés, Alain Richard, quien aseguró que su país aportaría unos 5.000 hombres, así como 40 barcos y aviones de combate.

La creación de una fuerza terrestre encargada de supervisar un eventual acuerdo entre el Gobierno de Belgrado y los independentistas kosovares está siendo estudiada conjuntamente por Francia y el Reino Unido para completar los preparativos del despliegue ya ultimados por la OTAN.

Comandante británico

El Estado Mayor de la fuerza de pacificación podría ser asignado, según Richard, al Cuerpo de Reacción Rápida de la Alianza Atlántica, con sede en Alemania, y a cuyo frente se encuentra un militar británico. Fuentes militares de Londres indicaron que el Reino Unido prevé aportar unos 6.000 soldados a la fuerza. Estados Unidos ya anunció el miércoles que estaba dispuesto a ofrecer entre 2.000 y 4.000 soldados al contingente internacional. El Gobierno español, por su parte, no ha tomado aún la decisión de enviar tropas del Ejército de Tierra a Kosovo, según aseguró ayer el ministro de Defensa, Eduardo Serra. España mantiene en la actualidad cuatro aviones F-18 a disposición de la OTAN en la base italiana de Aviano. Rusia, sin embargo, parece estar escasamente convencida del éxito de las conversaciones de Rambouillet. El representante ruso en la cumbre, Borís Maiorski, dijo ayer en Moscú que "sería sorprendente que las conversaciones condujeran a la firma de un acuerdo con tanta rapidez". Maiorski consideró que las declaraciones occidentales sobre un posible despliegue de una fuerza internacional en el territorio de Kosovo eran "demasiado prematuras". "El Gobierno yugoslavo debe dar su opinión antes, y, si esas fuerzas se despliegan contra la voluntad de Belgrado, habría que cambiarles de nombre", apostilló el diplomático ruso.

Los grupos políticos nacionalistas de Kosovo ya han confirmado su presencia en la cumbre de Rambouillet con 17 representantes, incluidos el líder moderado Ibrahim Rugova y el portavoz del ELK, Jakup Krasniqi.

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