Fundaciones sin razones
En el debate sobre las fundaciones sanitarias se ha omitido hasta ahora el punto, a mi juicio, principal: si benefician o no al Sistema Nacional de Salud; es decir, si tienen o no verdadera razón de ser. Porque el Gobierno no ha mostrado evidencia alguna de que el servicio hospitalario es, con dicho régimen, más eficiente y de mayor calidad. Afirma que las fundaciones son necesarias, pero ni siquiera justifica su conveniencia. ¿Cuáles son los resultados de las fundaciones de Verin, o de Manacor, o de Alcorcón, en funcionamiento desde hace algunos años? ¿Han reducido los costes unitarios, introducido técnicas asistenciales de mayor eficiencia, incrementando la actividad sin aumentar el gasto, rebajado los costes de administración, incorporado controles de calidad clínica, etcétera? En fin, ¿dónde están los datos que muestran las ventajas de un hospital/ fundación comparado con el hospital que no lo es?Por otra parte, la experiencia de más de siete años de los NHSTrusts del Reino Unido (en los que el Gobierno se ha inspirado para inventar las fundaciones) no es feliz, a pesar de que son instituciones de notable autonomía y de que la sanidad británica, a diferencia de nuestro sistema, las integra en su estructura básica. De un reciente análisis hecho por expertos de reconocido prestigio pertenecientes a la London School of Economics y al King"s Fund (J. Le Grand, N. May y J.O. Mulligan, editores del libro Learning from the NHS Internal Marked. A review of the evidence; Londres, 1998) recojo dos conclusiones (página 115): a) es muy débil la evidencia de que la condición de trust hace a los hospitales más eficientes; y b) es difícil probar que los trusts hayan mejorado la calidad de los servicios. Así pues, ni el Gobierno presenta datos que apoyen las fundaciones, ni la larga práctica en la nación que las ha ideado aconseja su establecimiento. ¿Qué razones pueden tener las fundaciones sanitarias?-
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