Programa para el diagnóstico precoz de la hiperactividad
La hiperactividad, un trastorno que provoca un comportamiento acelerado que puede provocar problemas escolares y de relación e incluso depresión, afecta a un 5% de los niños y, en una tercera parte de los casos, la enfermedad se prolonga hasta la edad adulta. Un equipo de la unidad de Psiquiatría Infanto-Juvenil del servicio de Prevención Asistencial y Socio-Sanitaria (PASS) de Mataró (Maresme) lleva a cabo un programa pionero para la detección del trastorno en escolares de cuatro años, con la hipótesis de que un tratamiento iniciado en esta edad puede evitar muchos problemas a los afectados.Según Carmen Sánchez, psiquiatra infantil del PASS, el diagnóstico suele hacerse a partir de los seis años, cuando aparecen los primeros problemas de atención en clases en las que se requiere que el alumno se mantenga sentado en su pupitre durante largo tiempo.
El niño hiperactivo es desorganizado, no aguanta mucho tiempo realizando la misma actividad y se distrae con mucha facilidad tanto en casa como en la escuela. Se trata de chicos y chicas impulsivos que "arrastran déficit de aprendizaje y de relación con los demás, porque no aceptan las normas, ni siquiera las normas de los juegos", explica Neus Esperalba, pedagoga del PASS.
Alteración orgánica
No todos los niños hiperactivos tienen problemas de aprendizaje, pero, al prestar menos atención, el progreso académico puede retrasarse. La impulsividad del niño hiperactivo le lleva a contestar de forma precipitada antes de que se le haya terminado de formular la pregunta.
Los efectos de la hiperactividad se resuelven en un buen número de casos de manera espontánea al llegar a la adolescencia o la juventud. El chico desarrolla entonces una mayor capacidad de concentración. Pero muchos de los que padecen hiperactividad presentan serios déficit en el rendimiento escolar en su etapa infantil y juvenil. Por eso requieren un tratamiento que incluye asesoramiento a padres y profesores y, en determinados casos, incluso un tratamiento farmacológico.
La hiperactividad tiene su origen en una alteración orgánica que tiene repercusiones psicológicas. Así, el niño que sufre esta afección no adopta un comportamiento alterado porque quiera, sino que éste se manifiesta espontáneamente. El programa de detección precoz de la hiperactividad iniciado en Mataró tendrá una duración de tres años, tiempo en el que se realizará un seguimiento exhaustivo de los casos encontrados.
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