Santer pide a sus funcionarios que denuncien las irregularidades, pero que eviten los 'linchamientos'
El presidente de la Comisión, Jacques Santer, ha enviado un mensaje a los funcionarios del Ejecutivo, pidiendo su colaboración para la lucha contra el fraude, pero evitando los linchamientos. "Cada uno de vosotros tiene el derecho y el deber de informar a su superior jerárquico y/o a la Unidad de Coordinación de la Lucha contra el Fraude (UCLAF) sobre los fraudes o irregularidades de las que haya tenido conocimiento", les exhorta.Al mismo tiempo, les advierte que "nadie tiene el derecho de erigirse en justiciero sobre la base de sus propias convicciones reemplazando a los órganos de control habilitados para efectuar las investigaciones necesarias". Esta llamada a utilizar los canales orgánicos -incluido el nuevo Comité de Sabios, para cuyos trabajos el comisario Marcelino Oreja pidió ayer la "plena colaboración" del personal- es también una referencia indirecta al caso del funcionario holandés Van Buitenen.
Buitenen fue suspendido de su empleo por acudir por su cuenta al Parlamento a denunciar presuntos casos de fraude, mediante un cartapacio que contenía principalmente trabajos de la UCLAF y revelaciones periodísticas. Se ha labrado una fama televisiva en Holanda y podría capitalizarla presentándose a las elecciones europeas de junio por los Verdes. El problema del Ejecutivo es que le resulta difícil explicar la compatibilidad de sus llamadas a la delación con el mantenimiento de la sanción a este funcionario, aunque de lo que se trate es de que las denuncias se hagan en orden y concierto.
Episodios como éste, y la sensación de que la cúpula de la Comisión ha perdido la iniciativa y se muestra vulnerable, pespuntean un clima de fin de reinado en Bruselas, traducido en el desánimo de los funcionarios. Por eso, Santer recuerda que el fraude se ha concretado en una "ínfima minoría de casos" que no deben desprestigiar a un personal "leal, honesto y que consagra su energía al servicio de la institución". Es la primera vez que sale, aunque sólo por escrito, en defensa tan rotunda de su gente. En vigilias de unas nuevas elecciones sindicales. Y tras muchos meses de crisis.
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