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Clinton lanza la batalla contra el terrorismo biológico y cibernético

El presidente de EE UU propone gastar 400.000 millones de pesetas en un año

Bill Clinton, inspirado por la lectura de una novela a medio camino entre el género policiaco y la ciencia-ficción, quiere que el Congreso le autorice a gastar más de 397.000 millones de pesetas (2.387 millones de euros) para proteger a Estados Unidos de las que considera las tres principales amenazas terroristas en el siglo XXI: los atentados con armas químicas, la guerra biológica y el sabotaje de las redes de ordenadores. Este dinero extra se gastaría en el próximo año fiscal, que en EE UU comienza el 1 de octubre.

La cantidad se añadiría a los más de 7.000 millones de dólares (994.000 millones de pesetas) anuales de presupuesto ordinario destinados a la lucha convencional contra el terrorismo.

Esta propuesta es una más de las muchas que esta semana ha presentado Clinton con motivo de la campaña electoralista con la que ha respondido a la celebración de su juicio en el Senado. Fue efectuada en tono apocalíptico, en un discurso ante la Academia Nacional de Ciencias.

Para justificar la petición, Clinton presentó un cuadro de pesadilla en el que un EE UU no preparado para los nuevos métodos terroristas es víctima de atentados con productos químicos o biológicos que siembran la muerte, el caos y el pánico en las grandes ciudades, o de ataques de hackers o piratas informáticos que ponen patas arriba sus sistemas de electricidad, teléfono, finanzas o defensa.

Hasta ahora, esas imágenes eran fruto de la imaginación de novelistas o guionistas de Hollywood. El presidente de EE UU acaba de incorporarlas al discurso político oficial, pero reconociendo que está inspirado por la lectura de The Cobra Event, una novela de Richard Preston en la que un ataque biológico sumerge a Nueva York en el terror y la confusión.

Citando el atentado con gases contra el metro de Tokio organizado en 1995 por miembros de una secta religiosa, Clinton afirmó que un pequeño grupo de terroristas puede provocar graves daños a una gran cantidad de gente si usa productos químicos o biológicos. "Tenemos que estar listos para detectar e impedir este tipo de ataques", dijo.

Problema en un satélite

Respecto al ciberterrorismo, Clinton recordó que EE UU ya vivió en primavera un anticipo de los riesgos del siglo XXI, cuando un problema en un satélite impidió el buen funcionamiento de busca personas, cajeros automáticos, sistemas de tarjetas de crédito y cadenas de televisión. Y añadió que numerosos piratas informáticos intentan penetrar constantemente en las redes de ordenadores de las distintas ramas del Gobierno y de las grandes empresas privadas.

Su especialista en este asunto, Richard Clarke, afirmó que países enemigos de EE UU, al igual que grupos terroristas u organizaciones criminales, podrían intentar en el siglo XXI utilizar esa forma de piratería para desatar una "guerrilla en el frente de la información". Una "intrusión grave" en los sistemas informáticos norteamericanos, dijo, podría tener efectos comparables "al bombardeo estratégico de infraestructuras durante la II Guerra Mundial".

El dinero extra solicitado por Clinton al Congreso se destina ría a almacenar vacunas, antibióticos y otras medicinas; preparar y entrenar equipos de emergencia contra la guerra química o bacteriológica en el interior del país; reforzar la seguridad de las instalaciones gubernamentales, investigar y desarrollar nuevas va cunas y tratamientos, y mejorar la seguridad de las redes informáticas frente a los hackers.

Esas medidas complementan el programa de rearme de EE UU presentado esta semana por Clinton, el más ambicioso desde la guerra de las galaxias de Reagan en los años ochenta.

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