Plantas transgénicas: la realidad y el deseo
"Los científicos usarán plantas transgénicas para extraer arsénico del valle del Guadiamar", reza un gran titular en la página 24 de EL PAÍS, 11 de enero de 1999. Si el curioso lector se detiene a leer la información que sigue a cuatro columnas, la perspectiva que encuentra es bien distinta: un grupo de expertos en "biorremediación" (sic.; spanglish por "descontaminación biológica") reunido en Sevilla, constata que ninguna planta realmente existente, transgénica o no, es capaz de extraer arsénico del suelo, y algún investigador manifiesta su esperanza en que, con tiempo y dineros suficientes, en el futuro los ingenieros genéticos sean capaces de crearlas. El titular no informa: desinforma y manipula al lector de titulares. Se apela a un objetivo socialmente deseable (reparar en lo posible los estragos producidos en la catástrofe de Aznalcóllar-Doñana) para mejorar la "percepción pública" de la manipulación genética, presentando como realidades promesas tecnológicas que bien pudieran resultar engañosas.-
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.