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Un alto cargo español de la Comisión Europea critica que trascendieran al público las ayudas a las eléctricas

Pablo Benavides, director general de Energía de la Comisión Europea, ha olvidado quién le paga. Aunque su cargo le exige neutralidad como funcionario y como juez en el contencioso del billón de las eléctricas, intervino anteanoche en un coloquio organizado por la compañía Iberdrola, pese a que Bruselas estudia la legalidad de esas ayudas. Y lejos de mantener una posición distante, criticó con gran dureza que en el caso de España haya trascendido el debate "a la plaza pública", en lugar de negociarse "en la confidencialidad".Hasta tres veces lamentó Benavides -considerado como un hombre cercano al PP y criticado en su momento por los sindicatos españoles por su actitud de apoyo al Gobierno en la negociación del Plan del Carbón 1998-2005- que los ciudadanos españoles hayan tenido ocasión de hacer un debate "en la plaza pública" sobre la legalidad o no de las ayudas de más de un billón de pesetas que el Gobierno quiere otorgar a las compañías eléctricas. "El objetivo era discutir en la confidencialidad y en el rigor, pero el tema se ha puesto en la plaza pública muy pronto", se lamentó. "No hay intención por parte de la Comisión Europea de juzgar la titulización desde el prisma del exhibicionismo", proclamó. Pareció olvidar que el origen de la polémica española está, precisamente, en la decisión del Gobierno de aprobarlas a la chita callando a través de una enmienda a la Ley de Acompañamiento de los Presupuestos Generales.

Al alto funcionario español no le faltaron palabras de ánimo para las compañías eléctricas y de elogio al Gobierno español. "A pesar de la neutralidad que se impone a los funcionarios, me siento orgulloso", dijo, tras alabar el grado de apertura alcanzado por el sector eléctrico en España.

Su entusiasmo llegó a sonrojar a los servicios de prensa de la empresa Iberdrola, que arropaban al principal conferenciante de la noche, Javier Herrero, consejero delegado de esta compañía española, la segunda del sector en España.

La postura pública adoptada por Benavides es particularmente delicada si se tiene en cuenta que la Dirección General de la Energía que él ocupa es, junto a la de la Competencia, una de las dos direcciones generales de la Comisión Europea que están estudiando la legalidad o no de las ayudas otorgadas por el Gobierno español a cuenta de los costes de transición a la competencia (CTC).

Sus palabras no parecen haber inquietado demasiado al equipo de Karel van Miert, comisario de la Competencia, desde donde se señaló ayer que "es la Dirección General de la Competencia, y no la de Energía, la que ha de dictaminar si los [1,3 billones] de costes de transición a la competencia se consideran o no una ayuda de Estado".

No quisieron hacer más comentarios sobre la oportunidad o no de que Benavides acepte una invitación de la Fundación Europea para la Energía que pretendía difundir las posiciones de Iberdrola. El tema a debate era Aplicación de la directiva eléctrica en España: el punto de vista de una empresa eléctrica española. Pablo Benavides -ausente del despacho toda la tarde, según su secretaria- no respondió a las llamadas de este diario.

Sobre el contencioso que depende del equipo de Van Miert, Benavides fue más prudente en su análisis. "Es un proceso largo y complejo", dijo. "Está en curso de análisis y de posible aprobación. Queríamos adoptar la decisión antes del 19 de febrero, pero costará trabajo, porque otros servicios van con retraso. La decisión es importante", dijo. "No será chica tarea", vaticinó.

Pero a Benavides, ex consejero comercial en las embajadas de Rabat y París, no le faltaron palabras de ánimo. "España no debe tener complejo de patito feo. Me sorprende el exhibicionismo de la discusión", reiteró.

Asociaciones de consumidores y vecinales han presentado una denuncia ante la Audiencia Nacional por las ayudas a las eléctricas.

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