'El Mundo', condenado a readmitir a dos periodistas despedidas por razones ideológicas
El Mundo ha sido condenado a readmitir a María Teresa Varela Pose y María Begoña Pérez Ramírez, periodistas de su edición de Galicia que fueron despedidas el 31 de marzo de 1998. De las pruebas practicadas, el juez número 1 de lo social de Santiago, Emilio Fernández de Mata, deduce que hubo varias reuniones "con la finalidad de descafeinar el periódico", en las que el delegado en Santiago, Ángel Orgaz, señaló "que si no se hacía, le cortaban los huevos a él y se los cortaban a todos por poquísimo dinero".Las periodistas se negaron a cambiar de estilo. Varias de las informaciones que hicieron a partir de entonces fueron modificadas en la redacción y publicadas sin su firma, sólo con la rúbrica de El Mundo. Para el juez, hay evidencias de "la existencia de un indicio de prueba de discriminación" y tras aceptar que las periodistas "se habían vuelto incómodas y molestas para la nueva línea que se pretendía", anula los despidos.
Los ceses se produjeron después de que el 18 de marzo de 1998 la directora de personal diera orden para que se impidiera a dichas periodistas el paso a la redacción. Ese día, los delegados de personal de El Mundo de Galicia remitieron distintos fax haciendo constar que los despidos "se debían a un cambio ideológico sufrido por el periódico justo antes de las pasadas elecciones autonómicas gallegas, que obedecía a la intención de poner la edición de Galicia al servicio de un único partido político, despreciando los criterios informativos más elementales y violando los principios editoriales de El Mundo del Siglo XXI, haciendo responsable de la situación al director de la edición, Félix Lázaro".
El hecho de que se hayan aportado indicios sobre las reuniones celebradas para cambiar la línea del periódico, y de que se alteraran varias informaciones a raíz de aquellas, es la clave de esta sentencia. Acogiéndose a la doctrina y la jurisprudencia, el juez afirma que hay indicios de que se produjo la discriminación ideológica alegada por las despedidas, circunstancia en la que habría correspondido a la empresa la carga de la prueba y, de no hacerlo, habría de estimarse la existencia de la discriminación alegada. Como la empresa no ha acreditado ningún motivo razonable para despedirlas, anula los despidos y ordena la readmisión.
Ayer no hubo comentarios a la sentencia por parte de El Mundo. El delegado en Santiago, Ángel Orgaz, remitió a EL PAÍS al departamento de personal de El Mundo, en Madrid, en el que no fue posible hablar con ningún portavoz autorizado.
"Denunciar los abusos"
El Mundo de Galicia salió a la calle el 29 de abril de 1995. Pedro J. Ramírez afirmó en la facultad de Ciencias de la Información de Santiago, con motivo del lanzamiento, que su objetivo era "denunciar los abusos de poder autonómico y las redes del narcotráfico". Félix Lázaro, el director adjunto de la edición gallega, lo reiteró un año después: "¿No se merecen los lectores gallegos un periodismo fresco, sin mordaza?", preguntaba en un artículo conmemorativo, que también alababa el "corajudo equipo de jóvenes profesionales" de El Mundo de Galicia.Este equipo, sin embargo, empezó a ser desmantelado poco antes de las elecciones autonómicas de 1997, coincidiendo con un ostensible giro de su línea informativa, informa . El Mundo de Galicia, editado por Editora de Medios de Castilla y León, SA, pasó de denunciar los abusos del poder autonómico o los negocios familiares del secretario general del PP, Xosé Cuiña, a jalear sus méritos, ya fuera porque Cuiña recibía en Madrid el Máster de Oro del Fórum de Alta Dirección o por lograr "el consenso de cinco autonomías para que las obras del tren de velocidad alta empiecen en 1999". En su primera época El Mundo de Galicia llegó a vender en torno a 20.000 ejemplares, pero cayó tras el cambio de orientación.
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