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REAJUSTE DEL GOBIERNO

Pimentel mantiene en Trabajo a todo el equipo de altos cargos de Arenas

Manuel Pimentel basará su política al frente del Ministerio de Trabajo en el diálogo social con la patronal y los sindicatos y en intentar que se cree "más empleo y de más calidad". Una línea de actuación que retoma la desarrollada por su antecesor, Javier Arenas, y que confirma el hecho de que piensa mantener a todo el equipo de altos cargos del departamento. El hueco que Pimentel deja en la Secretaría General de Empleo será ocupado con toda probabilidad por Juan Chozas, el actual director general del Inem.

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El nuevo ministro de Trabajo y Asuntos Sociales, Manuel Pimentel, ha confirmado, o lo hará en las próximas horas, a Juan Carlos Aparicio como secretario de Estado de la Seguridad Social y a Amalia Gómez como secretaria general de Asuntos Sociales, así como a los restantes altos cargos. La excepción es Juan Chozas, en la actualidad director general del Instituto Nacional de Empleo (Inem), que se perfila como nuevo secretario general de Empleo, en sustitución del propio Pimentel, y que previsiblemente será nombrado mañana en el primer Consejo de Ministros del nuevo Gobierno.Esa continuidad en los puestos puede variar, no obstante, en un horizonte de tiempo cercano, dado que buena parte de los actuales actos cargos de Trabajo están en el punto de mira de la dirección del PP para otras ocupaciones. Aparicio es un posible candidato en las elecciones a la alcaldía de Burgos, Gómez es igualmente uno de los nombres con fuerza para aspirar a la presidencia de la Junta de Andalucía y a Julio Sánchez Fierro, secretario general técnico de Trabajo, lo corteja Javier Arenas para llevárselo a la dirección del PP a preparar el programa electoral.

A la espera de que se despejen las incógnitas, Pimentel contará con todos ellos en Trabajo. Ayer, tras jurar su cargo ante el rey Juan Carlos, el nuevo ministro perfiló en su toma de posesión cuáles serán sus prioridades.

Su intención es mantener "la misma línea de diálogo social" con la patronal y los sindicatos pese a reconocer que en muchas ocasiones ofrece numerosas dificultades.

El empleo es su "principal preocupación" y ayer se comprometió a dirigir su empeño a lograr que "todo el crecimiento económico se transforme en creación de puestos de trabajo" y a intentar que en el futuro no sólo sean más, sino también "de mayor calidad", para que se beneficien especialmente los colectivos con más dificultades y "las personas con riesgo de exclusión social". Pimentel se comprometió también a "mantener las políticas pasivas" -las destinadas a la cobertura de los parados- y a culminar el diseño del nuevo servicio público de empleo y el plan de choque para reducir los riesgos y la inseguridad en el trabajo. Respecto al tema de mayor calado que tiene pendiente el Ministerio, la renovación del Pacto de Toledo sobre las pensiones públicas, Pimentel aseguró que "debe ser una prioridad de todas las fuerzas políticas y sociales".

Esa complicada negociación debe estar culminada para antes de que concluya el año 2000, que es cuando expira la vigencia del acuerdo actual.

En el área de Asuntos Sociales aseguró que en 1999, año dedicado a la familia, se desarrollará un plan de apoyo a la misma y que, asimismo, se trabajará en la erradicación de la violencia doméstica.

Su antecesor en el cargo hizo el traspaso de poderes limitándose a presentarlo, pero Pimentel sí se dirigió a Arenas y resumió así su mandato al frente de Trabajo: "Hoy el conjunto de la sociedad y, sobre todo, los más necesitados tienen más oportunidades de empleo y más bienestar social que hace dos años".

La ausencia de Cascos

El traspaso de poderes entre Javier Arenas y su sucesor en Trabajo, Manuel Pimentel, tuvo una ausencia sonada. El vicepresidente Francisco Álvarez-Cascos no asistió a ese acto. Oficialmente, porque no le dio tiempo. Sí estuvo, en cambio, en la toma de posesión de los otros dos nuevos ministros. El distanciamiento entre Arenas y Cascos viene de antiguo y no parece haber variado cuando van a intercambiar las riendas de la secretaría general del PP.Pimentel estuvo arropado por un buen número de altos cargos y funcionarios del departamento, así como por sus padres, su mujer y su hija. Y, también, por los numerosos abrazos que le dio Arenas, el primero en un recibimiento con toda la pompa a las puertas del Ministerio que prosiguió con la presentación de su sucesor a los empleados de recepción de una casa que Pimentel conoce desde hace más de dos años.

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