Maeso no se drogó semanas antes de tomarle muestras
Juan Maeso no consumió drogas en las semanas anteriores al análisis al que se sometió el pasado octubre. El informe del Instituto Nacional de Toxicología de Madrid subraya la inexistencia de restos de sustancias estupefacientes en los cabellos del anestesista, único imputado por el caso de la hepatitis C. PÁGINA 7
El informe toxicológico descarta que Maeso consumiera droga semanas antes del análisis ordenado por el juez
Juan Maeso no consumió drogas. Al menos no lo hizo durante las semanas anteriores al examen al que se sometió, el pasado octubre, en la Clínica Médico Forense de Valencia. El informe del Instituto Nacional de Toxicología de Madrid subraya la inexistencia de restos de opiáceos o cualquier otra sustancia estupefaciente en los cabellos analizados del anestesista, el único imputado por el brote de hepatitis C detectado en dos hospitales de Valencia. No obstante, las pruebas, tal como advirtieron los expertos al juez, son de alcance limitado. Los análisis sólo podían determinar la existencia de vestigios de opiáceos durante el mes anterior al corte de los cabellos y el vello axial que le fue extirpado al médico, que en un primer momento se negó a someterse a las pruebas. Un nuevo requerimiento del juez encargado de investigar la masiva infección, José Manuel Ortega, forzó el cambio de actitud del anestesista, que luce un cabello muy corto. Precisamente esta circunstancia limita temporalmente la eficacia de las pruebas científicas. Según un forense consultado por este periódico, cada centímetro de cabello es válido para determinar si hubo consumo de droga durante el mes anterior a la toma de la muestra. A más centímetros -el cabello, como media, crece un centímetro cada 30 días- mayor alcance de la prueba, por lo que el corte de pelo de Maeso limita, en cierto sentido, la trascendencia de los análisis. No obstante, el anestesista, acusado de consumir opiáceos por el consejero de Sanidad, Joaquín Farnós, ha negado siempre su dependencia hacia cualquier sustancia estupefaciente. Con objeto de demostrar sus tesis, el médico se sometió a dos análisis en el Hospital Arnau de Vilanova de Valencia que demostraron, poco después de su expulsión de la clínica Casa de Salud, el pasado febrero, que no había consumido drogas poco antes de la detección del masivo brote. A pesar de todo, el juez ordenó la realización de la prueba en consecuencia con su imputación contra el anestesista y la línea de investigación que guía el caso, que pasa por la suposición de que Maeso, presumiblemente, por su drogadicción , se inyectaba parte de la anestesia destinada a sus pacientes. El anestesista ha negado siempre la acusación, aunque tanto un informe de la policía -que apuntaba su tendencia a "usar dolantina indiscriminadamente"- como los testimonios ante el juez de varios testigos, han señalado su tendencia a prescribir ese tipo de opiáceo incluso a pacientes que lo tenían contraindicado. A falta de las nuevas diligencias que puedan solicitar el juez, el fiscal, la defensa o las acusaciones personadas en la causa, ésta es la última prueba de carácter científico -ya finalizado el informe epidemiológico que atribuye a Maeso 171 casos de contagio- que se había solicitado.
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