Irak castiga a las empresas españolas tras el apoyo de Aznar a los bombardeos
Contratos de miles de millones quedan en el aire a la espera de un nuevo gesto de Madrid
El respaldo que el Gobierno español dio el pasado diciembre a los bombardeos angloestadounidenses sobre Irak ha puesto en peligro el futuro de las empresas españolas en ese país, justo en un momento en que Naciones Unidas estudia el levantamiento del embargo o, al menos, un aumento del techo en la exportación de petróleo para la compra de productos de primera necesidad. Desde el Ministerio español de Asuntos Exteriores se asegura desconocer que exista problema alguno a ese respecto, pero varias decenas de empresarios ya han empezado a notar el castigo iraquí.
"El jueves hemos perdido un contrato de 12,5 millones de dólares[1.850 millones de pesetas], que ha ido a parar a una empresa italiana", manifiesta con rabia apenas contenida Milagros Álvarez, gerente de Intagsa, una empresa vasca que vende a Irak sistemas de tratamiento de agua. Se trataba de uno de los tres proyectos que Intagsa tenía muy bien situados en un tramo pendiente de la cuarta fase del programa Petróleo por Alimentos, que permite a Irak la venta de hasta 5.250 millones de dólares de crudo al semestre para la compra de comida, medicinas y otros productos de primera necesidad.
"Para nosotros es evidente que se ha tratado de una cuestión política, ya que nos habíamos avenido en el de ajuste de precios y la diferencia no era significativa", explica Álvarez, a quien el ingeniero iraquí que actúa como su representante ya le dijo hace una semana que estaban "en una situación delicada".
Agustín Ramírez, director general de Sarlín, fabricante de bombas de agua, también recibió un aviso de la empresa que les representa en Bagdad, Ciesik. El mensaje era que "están muy disgustados con el Gobierno español y que podíamos vernos penalizados en la selección de precios frente a las ofertas de Francia, Rusia o China", explica Ramírez. En su caso, está pendiente la adjudicación de un programa de saneamiento de cinco millones de dólares, para el que cree contar con "grandes posibilidades".
"Estamos cagados de miedo", confiesa un intermediario sin extenderse más. Su temor es compartido por los responsables de cerca de medio centenar de empresas que han presentado ofertas para la quinta fase del programa Petróleo por Alimentos por un importe superior a los 200 millones de dólares. "Aun suponiendo que sólo lográramos un 30% de los contratos, estaríamos hablando de 60 millones de dólares
[9.000 millones de pesetas]", señala la fuente. Pero la preocupación no se limita a lo inmediato. En un momento en que se contempla el levantamiento o la suavización del embargo, las proyecciones fijan el mercado potencial de un billón de pesetas al año.
"No tenemos constancia de que los altibajos en los contratos de empresas españolas respondan a ninguna declaración", explica Jorge Cabezas, portavoz de la Oficina de Información Diplomática. "El Gobierno de Irak no nos ha hecho ningún planteamiento oficial en este sentido. Es más, el próximo mes está prevista una reunión de la comisión mixta de comercio", añade.
En efecto, el encargado de negocios de la Embajada iraquí en España, Riaydh Ismail Alweyes, asegura que no se ha producido ninguna advertencia por parte de las autoridades iraquíes, aunque admite que el comunicado español "ha causado malestar al pueblo iraquí". "Una cosa es criticar a nuestro presidente y otra muy distinta apoyar los bombardeos", asegura Alweyes.
Sin embargo, fuentes diplomáticas españolas en Bagdad han reconocido que "ha habido o puede haber represalias" contra las empresas españolas. "Están dolidos con nosotros porque no se esperaban un comunicado así", concede la fuente, que reconoce que hasta ahora se ha tratado de "comentarios, rumores, muestras de desgana", que, aunque difusos, hacen temer una menor receptividad hacia las ofertas presentadas para la quinta fase. "Eso es más grave que el hecho de que nos incluyan en la lista negra", explica la gerente de Intagsa. "Podemos seguir trabajando en los proyectos sin tener posibilidades de llevárnoslos". "Bastaría con un gesto que explique que se ha tratado de una posición puntual, que no se trata de una política", señalan fuentes oficiosas iraquíes. En este punto coinciden los empresarios. El Instituto de Comercio Exterior, alertado por los empresarios, está investigando en Bagdad. "Será el primer punto del orden del día de la comisión mixta del mes próximo", dice el vicepresidente ejecutivo, José Manuel Rayero. En su opinión, esa cita, la presencia en Irak a través de una embajada y oficina comercial y la participación en la feria de Bagdad demuestran "nuestro compromiso con el pueblo iraquí".
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