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Dios no es un viejo con barba

El Papa asume la influencia de la ingeriría pagana en la iconografía cristiana

, No se debe imaginar a Dios como a un anciano de rostro severo, vestido con larga túnica, como a menudo se le representa. Ese Dios demasiado antropomorfo es una adaptación cristiana de la figura de Zeus, que no corresponde a la verdadera divinidad. Con estas recomendaciones, el Papa Juan Pablo II, hizo ayer un esfuerzo de realismo teológico en su tradicional encuentro con los fieles de los miércoles, refiriéndose a la figura de Dios y recordando el origen pagano de algunas de las fiestas católicas, que se superponen a viejísimas tradiciones de la humanidad.La fiesta del Sol, el 25 de diciembre, se convirtió en la Navidad cristiana y las ferias del 15 de agosto pasaron a ser la fiesta cristiana de la Asunción de María. Pero el aspecto más criticado por los intelectuales laicos es la representación antropomorfa de Dios, y a ello se refirió ampliamente el Pontífice aprovechando que el año 1999 ha sido dedicado por la Iglesia precisamente a Dios Padre.

Wojtyla rechazó la imagen propuesta por el mundo clásico "de una divinidad caracterizada por la arbitrariedad y el capricho", y citó los ejemplos de la iconografía primitiva cristiana que se valió del Pantocrátor, del Dios creador, lleno de potencia, que sobrecoge al creyente. "En Israel", añade Juan Pablo II, "el reconocimiento de la paternidad de Dios se ve continua y progresivamente amenazado por la tentación idolátrica que denuncian los profetas".

La revelación cristiana supone un salto cualitativo. "Jesús se presenta en modo absolutamente único en relación con la paternidad divina, manifestándose como hijo y ofreciéndose como el único camino para llegar a Dios Padre".

El por qué del apego de la Iglesia a los símbolos simplistas que alejan la religión de su verdad teológica es algo que el Papa achaca un poco a la tendencia general de los cultos. Los intentos de las diversas religiones de "recoger el rostro de Dios", explica, han decidido a la Iglesia católica a respetar el mismo criterio, aunque dicho intento estaba condenado a imaginarlo con rasgos que reflejan demasiado el mundo humano. Esto ha suscitado, señala el Papa, "la sospecha, en algunas corrientes del ateísmo contemporáneo, de que la propia idea de Dios no sea otra cosa que la proyección de la imagen paterna".

Sospecha, "infundada", explica Karol Wojtyla, que no ha frenado a la Iglesia a la hora de utilizar una imagen que el Papa denuncia ahora como inadecuada.

En todo caso, Wojtyla precisa que "se debe considerar una intuición religiosa positiva la percepción de Dios como Padre universal del mundo y de los hombres". Con ello se refiere a las "numerosas oraciones en la literatura religiosa universal" que "expresan las convicción de que el Ser supremo pueda ser percibido e invocado como un padre al que se llega a través de la experiencia de las atenciones afectuosas recibidas de su verdadero padre".

El Papa también subrayó que "la experiencia religiosa no puede ir más allá de las sombras y de las luces en lo que se refiere a la imagen de Dios" y que solamente "la plena revelación, en la que Dios se manifiesta, podrá acabar con las sombras y los equívocos" sobre su representación.

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