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SALUD

Las ONG reclaman más eficacia en los envíos de medicamentos al tercer mundo

Los fármacos que se donan están con frecuencia caducados o resultan inadecuados

La buena voluntad a veces se equivoca. La generosidad sin control puede perjudicar a quien necesita asistencia. Ocurre a menudo con la donación de medicamentos en situaciones de emergencia o en la ayuda al desarrollo. No se tienen en cuenta las necesidades del país receptor y los envíos causan más problemas de los que solucionan.Medicamentos que no se necesitan ni se piden; otros desconocidos o no identificables para quien los recibe; fármacos sin prospecto o etiquetados en idiomas incomprensibles en su destino; medicinas usadas, caducadas o devueltas; muestras gratuitas; cantidades insuficientes... todo ello es habitual en las remesas de asistencia al tercer mundo.

Perjuicios añadidos para el personal sanitario local son la pérdida de tiempo y de medios en clasificar, almacenar y distribuir toneladas de medicamentos muchas veces inutilizables; así como la dificultad de deshacerse del material sobrante, en algunos casos peligroso.

¿Algún ejemplo? En 1990, la población afectada por la guerra y el hambre en el sur de Sudán recibió, entre otras incongruencias, estimulantes para el apetito. En 1993 perdieron temporalmente la vista 11 mujeres en Lituania tras tomar un antiparasitario de uso veterinario que había llegado sin prospecto. A finales de 1995 había almacenadas en Mostar 340 toneladas de medicamentos caducados; casi la mitad de las medicinas recibidas por la Organización Mundial de la Salud (OMS) en Zagreb durante la guerra en la ex Yugoslavia eran inapropiadas. Y la lista es mucho más larga.

Ante tanto desbarajuste, la OMS, asesorada por numerosos expertos e instituciones internacionales de ayuda humanitaria, estableció en 1996 una serie de directrices encaminadas a poner orden en los envíos de medicamentos. Los cuatro principios básicos del documento son: buscar el máximo beneficio para el país receptor; respetar los deseos, la autoridad y los procedimientos locales; establecer unas normas de calidad idénticas para todos; y mejorar la comunicación entre donantes y receptores.

Lista corta

La OMS cuenta además con una lista de medicamentos esenciales, en la que reduce a menos de 300 el número de principios activos necesarios para tratar las enfermedades más frecuentes entre la población. Ajustar los envíos a la lista de la OMS -cuando el país receptor no disponga de una propia-, emplear envases grandes de uso hospitalario, y etiquetar los medicamentos con su nombre genérico e información detallada -uso, composición, caducidad, forma de almacenarlo...- es una ayuda inestimable para los promotores de salud locales, habitualmente auxiliares con sólo uno o dos años de formación básica. Otra recomendación importante es que los medicamentos sean válidos por lo menos durante un año desde que llegan a su destino.Natalia Herce, farmacéutica de Medicus Mundi con años de experiencia en África, advierte del peligro que supone el envío sin control de medicamentos: "Desde aquí se tiene la idea de que cualquier cosa está bien hecha y siempre es mejor hacer algo que no hacer nada; pero no es así, se pueden causar muchos problemas haciendo las cosas mal".

En primer lugar, Herce subraya la necesidad de que los envíos respondan a peticiones concretas realizadas en el lugar de destino, ajustadas a las necesidades de cada situación. Esto obliga, es lógico, a enseñar a hacer bien los pedidos.

Asimismo, opina que los envíos deben nutrirse principalmente de medicamentos comprados específicamente o donados por laboratorios farmacéuticos, y en menor medida de aquellos que son devueltos a las farmacias por los consumidores: "Los medicamentos no son inocuos y con el tiempo se vuelven peligrosos. No se deben almacenar en casa, es mejor devolverlos a las farmacias para que den a una ONG lo que se pueda aprovechar y destruyan el resto. Pero lo ideal es que no sobre nada, tener en el botiquín sólo lo que recete el médico y no comprar de más, ni automedicarse, ni dejar a medias un tratamiento".

Varias ONG, encabezadas por Prosalus, recogieron hace unos meses el testigo de la OMS poniendo en marcha la campaña A caballo regalado no le mires el diente. Por un envío racional de medicamentos. La campaña va dirigida sobre todo a organizaciones que colaboran con países necesitados, pero también interesa a los donantes particulares.

Ideas útiles que se ofrecen para que la ayuda humanitaria sea efectiva son, por ejemplo, enviar botiquines básicos diseñados especialmente para situaciones de emergencia, sustituir el envío de fármacos por el de material sanitario, apoyar el desarrollo de la fabricación local de medicamentos a un precio asequible para la población, o hacer donaciones económicas para comprar las medicinas en el país beneficiario.

De los medicamentos más utilizados en España, los que más servicio pueden dar en países en vías de desarrollo son los analgésicos (aspirina, ibuprofeno, paracetamol), los antihelmínticos (mebendazol) y algunos antibióticos (amoxicilina).

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