El cielo de las estatuas

El arte, a veces, tiende al cielo. O al menos eso ocurre con las esculturas que coronan el aire de Madrid desde las alturas de los edificios. Forman un mundo lejano (para el peatón) y sugerente, algunas de cuyas representaciones, como las estatuas del Círculo de Bellas Artes o del edificio Metrópolis, difícilmente escapan a la vista. En su mayoría se trata de conjuntos escultóricos creados según la moda europea de principio de siglo e inspirados en la mitología griega. Ahora, la Comunidad de Madrid ha editado un libro de fotografías de Antonio Bueno que recoge un buen puñado de estas esculturas. "A una ciudad como Madrid, que no es muy antigua, estas figuras mitológicas le dan un aire lúdico y europeo que está muy bien. Lo que no sabemos es hasta qué punto la gente de la calle lo capta", comenta Carlos García Gual, experto en la historia del mundo antiguo y en mitología, autor de los textos de este libro junto a Concha Meneses.

La gran mayoría de los edificios coronados por esculturas está en torno a la Gran Vía. Suelen ser sedes de bancos, compañías aseguradoras o firmas comerciales. Así se explica que en las alturas de la ciudad coincidan nada menos que tres aves fénix, dato curioso para García Gual: "Según la mitología, este pájaro inmortal renacía de sus propias cenizas, símbolo adecuado para una compañía de seguros: después de la destrucción o la muerte hay un renacimiento".

Aunque estas figuras cumplen una función estética, todas son símbolos. Minerva, la diosa que preside desde lo alto el Círculo de Bellas Artes, creada en los años veinte por el escultor J. Luis Vasallo, representa la inteligencia y la sabiduría. "En cierto modo es la figura más austera y clásica. El resto es más neoclásico", dice García Gual de esta figura, "diosa del saber con apariencia de valquiria guerrera".

Es curiosa la figura que corona el edificio Metrópolis: un ángel femenino desnudo, obra de Federico Coullaut-Valera. "Parece una Victoria, pero es un ángel femenino", apunta García Gual, que añade: "Esta ángela tiene una estupenda figura, con fina cintura y pechos redondos, y abre las manos y las alas como si se dispusiera a saltar de un brinco sobre la Gran Vía. Podría parecer la novia pícara y castiza del caballero del fénix que tiene cercano". El palacio de Linares también cuenta con ángeles femeninos, esculpidos entre 1878 y 1884 por Jerónimo Suñol.

Otro de los conjuntos que menciona García Gual es el que corona el Ministerio de Agricultura, presidido por Mercurio (Hermes, en la Grecia clásica), obra de Agustín Querol: "Es el dios del comercio, de la fertilidad de los ganados, del intercambio provechoso del mercado y de los acuerdos pacíficos. A su lado, una diosa equilibra su gesto sosteniendo una rama de olivo". Entre las curiosidades de lo alto, sobre la Escuela de Minas (calle de Ríos Rosas) conviven mineros esculpidos en piedra por Vicente Olms con figuras clásicas y dragones.

De todas estas esculturas, las más antiguas son las de la Puerta de Alcalá. Muchas de estas figuras son erotes, angelotes de estilo neoclásico en poses traviesas y juguetonas, creadas en el siglo XVIII por Roberto Michel. Hay caballos como los de la cuadriga del edificio de la Aurora Polar, en el paseo de Recoletos. Pero para verlos hay que acordarse de levantar la vista.

Mitología en los cielos de Madrid. De Antonio Bueno. Lunerg Editores.