Cuba y su 40º aniversario
Es la historia contemporánea y reciente de Cuba. La grandeza no reside en sus dirigentes, es el pueblo cubano el que supo hacer una revolución que instauró la dignidad perdida, desde el régimen proamericano del presidente Fulgencio Batista, hombre de paja de las familias oligárquicas y del imperialismo del Norte, prácticamente dueños de la isla. En la década de los cuarenta hasta mediados de los cincuenta, Cuba era un patio trasero de la península de Florida, que dista de la isla unas 90 millas, un paseo para los privilegiados americanos, en busca de los garitos de juego y los prostíbulos. El analfabetismo era moneda corriente; los niños y las niñas cubanos, en vez de ir a la escuela, se veían obligados, para poder subsistir, a prostituirse o trabajar como limpiabotas para lustrar los zapatos de los herederos del tío Sam. Ésa es la triste y cruda realidad en los años cincuenta de la nación cubana. Tuvieron que llegar el Che Guevara y Fidel Castro, y juntos, con el pueblo, poner orden a tanta inmoralidad.
Cuándo nos daremos cuenta de que Estados Unidos desarrolla una política basada en el abuso hacia los pueblos que no pueden competir ni enfrentarse a sus caprichos ni a su poderío militar y económico.
El pueblo cubano lleva 40 años luchando pacíficamente por su supervivencia, defendiendo su dignidad como pueblo, pero los poderosos especuladores del mercantilismo no les dan tregua. Si no queremos que se vuelva a repetir la triste historia con este pueblo hermano, las gentes civilizadas debemos ayudarles. Sólo se comprende el presente de un pueblo cuando se conoce su pasado.-
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.