La moratoria en el pago de la deuda de Minas Gerais obstaculiza el programa de ajuste fiscal en Brasil

El presidente brasileño, Fernando Henrique Cardoso, respondió ayer a la decisión del gobernador de Minas Gerais, Itamar Franco, de decretar una moratoria de 90 días en el pago de la deuda de este Estado con el Gobierno federal, y afirmó que hay que cumplir la ley "cueste lo que cueste". La decisión supone un nuevo obstáculo para que Brasil cumpla el plan de ajuste fiscal a que se comprometió con el Fondo Monetario Internacional (FMI).Cardoso señaló que "no admitiré que la ley no sea cumplida" y agregó que "todos la tienen que cumplir, cueste lo que cueste; esto no es una amenaza, es democracia". La declaración del presidente brasileño se produjo al inaugurar la primera reunión del Gabinete que nombró el pasado 1 de enero.

Para los analistas, la moratoria en el pago de la deuda de Minas Gerais, que suma 15.416 millones de dólares (2,1 billones de pesetas), puede impedir que el Gobierno federal cumpla su plan de ajuste fiscal que pretende equilibrar en tres años las deficitarias cuentas públicas del país. Con ello se franqueó el camino para obtener un préstamo del FMI por valor de 41.500 millones de dólares (5,8 billones de pesetas).

El presidente Cardoso insistió en que su Gobierno está comprometido a aplicar este plan y que con ello pretende ahorrar este año unos 23.500 millones de dólares (3,2 billones de pesetas). Destacó que, pese a que algunas medidas no han sido aún aprobadas por el Congreso, los legisladores no le negarán el apoyo necesario. Añadió que el objetivo es también bajar los tipos de interés.