Viena se rinde a Strauss y conmemora su centenario con un millar de conciertos
El 'rey del vals' acapara con su amable música las programaciones de la capital austriaca
En vida fue un rey, el del vals, y desde el 1 de enero, con el tradicional concierto de Año Nuevo de la Filarmónica de Viena como preludio, Johann Strauss es el emperador de las programaciones musicales de la capital austríaca, que conmemora por todo lo alto el centenario de la muerte del compositor. Más de mil conciertos, sólo en Viena, y cinco exposiciones homenajearán a quien elevó la música del vals a las salas de conciertos. El año Strauss finalizará el 1 de enero del 2000 tal y como empezó, con el concierto de Año Nuevo, en esta ocasión dirigido por Riccardo Muti.
Johann Strauss (Viena, 1825-1899) no gana, como le ocurrió a Franz Schubert en 1997, batallas después de muerto en su propia ciudad natal. El rey del vals fue un ídolo admirado en su época y murió el 3 de junio de 1899 célebre y rico, mientras Schubert moría consumido por la sífilis, en 1828, en la más pura miseria y sin haber obtenido más reconocimiento que el de sus allegados. Pero Austria, como ningún otro país en el mundo, ha sabido convertir a sus genios de la música en gran negocio turístico y tras el año Mozart, en 1991, y el año Schubert ahora le toca el turno a Johann Strauss, y por todo lo alto, no en vano él es el autor del que los austriacos consideran su segundo himno nacional: El bello Danubio azul, y de pasada también homenajean a su padre, del mismo nombre, de cuya muerte se conmemora el 150º aniversario. En este año Strauss no se ha previsto la publicación, como en el año Mozart, de sesudas ediciones de estudios sobre sus obras, y a nadie se le ha ocurrido sentar al rey del vals en el diván de Sigmund Freud como se hizo con Schubert. Strauss es sinónimo de vals, y el vals, pese a la perfección técnica a que el compositor lo elevó, es una música que representa a la perfección el espíritu alegre y sentimental que presidió la Viena del siglo XIX.
Ni un día sin vals
Esa alegría y nostalgia renace en la capital austriaca cada vez que suena uno de los valses de Strauss, y en este 1999 no habrá día en el que en Viena no suene en alguna sala de conciertos, café, parque, o incluso en el zoo, una de sus amables melodías al ritmo del tres por cuatro. En el resto de Austria pasará algo parecido.
La conmemoración ha propiciado que, en colaboración con la Sociedad Johann Strauss de la capital austriaca y bajo los auspicios de la Orquesta Filarmónica de Viena, se haya iniciado la edición de todas las partituras -cerca de 600 obras- del compositor (casi medio centenar no habían sido nunca editadas) en 72 volúmenes, cada uno de ellos con un prefacio para cada obra, un estudio crítico así, como reproducciones en facsímile de partituras manuscritas. La Filarmónica de Viena realiza dos ediciones discográficas conmemorativas, una de 11 discos con obras de los dos Johann Strauss, padre e hijo, y otra, de ocho discos compactos, con todas las obras del hijo interpretadas en los conciertos de Año Nuevo desde 1951 hasta el año pasado.
El Museo de Historia de Viena acogerá la exposición estrella del año Strauss, que será inaugurada el 6 de mayo y permanecerá abierta hasta el 26 de septiembre. En ella se exhibirán todas las partituras del rey del vals, retratos del compositor y de su padre, el autor de la célebre Marcha Radetzki, así como de sus hermanos, Josef y Eduard, también autores de valses; instrumentos musicales que le habían pertenecido, entre ellos su violín Amati y su batuta.
El Museo del Teatro exhibirá en otra exposición, titulada Sangre vienesa, abierta de mayo a octubre, todas las obras que el compositor escribió para la escena. Otras exposiciones sobre Johann Strauss y su familia se podrán ver en el archivo de Viena, desde febrero a junio; en la célebre sala de conciertos del Musikverein, de abril a junio, y en la Casa de la Moneda austriaca, de febrero a mayo.
No sólo de valses, polcas, marchas y cuadrillas se alimentará el año Johann Strauss. La opereta El murciélago subirá a escena en los dos principales teatros de ópera de la capital austriaca, la Staastsoper y la Volksoper, en varias ocasiones a lo largo del año, al igual que en la práctica totalidad de los teatros de ópera austriacos. Aparte de El murciélago, se repondrán otras operetas suyas, como Sangre vienesa, El barón gitano y Una noche en Venecia.
Entre la multitud de conciertos previstos destacan los que, siguiendo las huellas de Strauss, interpretará la Filarmónica de Viena en espacios al aire libre. Estos conciertos se iniciarán en la Heldenplatz de Viena el 29 de mayo, con Zubin Mehta a la dirección y el tenor José Carreras y la soprano Andrea Rost como solistas; seguirán en la Puerta de Brandeburgo, en Berlín (11 de junio), bajo la dirección de Nikolaus Harnoncourt; en el parque del Campo de Marte de París (12 de junio) también con Harnoncourt; en Londres (26 de junio) bajo la batuta de Plácido Domingo, y finalizarán el 1 de julio en Pavlovsk, cerca de San Petersburgo, bajo la dirección de Valery Gergiev.
Babelia
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