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Reportaje:NEUROCIENCIAS: LOS SENTIDOS

Las abejas aprenden a asociar colores y olores

Tres personas pasean por un vivero eligiendo un árbol de Navidad. Huelen la resina de las agujas de pino y una encuentra su cerebro inmediatamente saturado de imágenes de lucecitas que se encienden y se apagan y de dulces de las fiestas; otra siente el ruido de una aspiradora; la tercera tan sólo huele la resina y piensa "¡Ah! Agujas de pino".Este fenómeno por el que un estímulo de uno de nuestros sentidos evoca fuertemente recuerdos personales de otro acontecimiento sensorial que uno experimentó junto con el primero se denomina recuerdo asociativo cruzado y los seres humanos lo hacemos muy bien.

Pero ahora resulta que también pueden hacerlo las abejas. Mandyam Sririvasan y sus colegas de la Universidad Nacional Australiana han logrado por primera vez demostrar este recuerdo asociativo cruzado en un insecto y han anunciado en la revista Nature (17 de diciembre) que las abejas entrenadas pueden recordar un color asignado al azar cuando se encuentran con una esencia particular, y viceversa.

Estos investigadores hicieron un experimento entrenando a abejas para que entraran en una cámara en cuya puerta recibían un estímulo olfativo -el aroma de mango o el de limón-; a continuación las abejas tenían que volar a otra cámara con dos salidas, una azul y otra amarilla. Los insectos que habían olido mango fueron entrenadas para utilizar la amarilla, mientras que las que habían olido limón, utilizaban la azul. Cada 10 minutos los colores de la salida y la recompensa por hacer correctamente el ejercicio se alternaban para asegurar que las abejas estaban relacionando la esencia con el color exclusivamente, y no con la localización de la salida. Tras un día de entrenamiento se examinó a las abejas para ver qué habían aprendido. Cuando fueron expuestas al olor de mango en la entrada de la primera cámara, explican Srinivasan y sus colegas, las abejas mostraron "una fuerte y significativa preferencia por la salida amarilla de la segunda cámara".

Cuando la entrada estaba aromatizada con limón, los insectos entrenados preferían la salida azul. La habilidad de las abejas fue la misma cuando los investigadores alteraron las asociaciones (mango/azul, limón/amarillo) e invirtieron el orden de los estímulos (color a la entrada y aroma a la salida). "Este tipo de recuerdo secuencial puede ser una parte vital de la navegación", plantea Rudiger Wehner, de la Universidad de Zurich, que trabaja en la navegación a larga distancia en las hormigas del desierto. "En largas distancias ellas pueden encontrar y reaccionar a feromonas de compañeras abejas, seguidas por el color y seguidas, finalmente, por el olor del néctar".

Srinivasan está de acuerdo: "Para una abeja que está cosechando, el recuerdo asociativo cruzado puede facilitar la búsqueda de una fuente de alimentos, la detección de esencia de lavanda, por ejemplo, puede iniciar la búsqueda de flores de su color". A veces, sin embargo, una abeja puede detectar el olor y la apariencia de una flor simultáneamente, mientras que Srinivasan y su equipo presentaron estímulos olfativos y visuales secuencialmente para asegurar que se trataba de recuerdo asociativo. "Queda por ver si las abejas que han experimentado el color y la esencia de un objeto simultáneamente pueden recordar uno de los atributos del objeto cuando se presenta el otro aisladamente".

Nature News Service

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