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El vertedero sur cierra dos horas antes para evitar los atropellos a toxicómanos

La peregrinación de cientos de toxicómanos hasta el poblado de Las Barranquillas (Vallecas Villa), el nuevo supermercado de la droga que ha emergido junto a Mercamadrid, y el peligro de posibles atropellos por los cientos de camiones que cada hora pasan por el lugar camino del vertedero sur, ha provocado que se adelante dos horas el cierre de la escombrera. A este gigantesco depósito de residuos inertes, de 30 hectáreas de extensión, llegan a diario 1.500 camiones que deben sortear en su camino a los drogodependientes, que circulan sin control por el lugar en busca de su dosis.Al anochecer, sin apenas luz en la zona, se quintuplica la afluencia de yonquis. "Cualquier día, los toxicómanos nos van a linchar, como ocurrió en Valencia", comentaba ayer uno de los camioneros.

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Enrique Calvete, gerente del vertedero sur, ha decidido cerrar las instalaciones a las seis de la tarde, dos horas antes de lo habitual. "El camino se pone muy difícil todo el día, pero por la tarde es un problema peor", afirma Calvete. La Asociación de Empresarios de Movimiento de Tierras de Madrid aplaude la idea. Su presidente, Carlos González, reconoce que la situación es muy delicada: "De noche es mejor no pasar por allí, pero ahora", añade González, "hay que tomar soluciones para lo que ocurre de día, ya que cada semana crece la riada de gente que va al poblado".

Los toxicómanos confiesan que acercarse a pie es muy peligroso por culpa de los camiones que acuden al vertedero. Algunos caminan angustiados el kilómetro que hay entre la carretera de Vallecas a Villaverde y la nueva parada de la ruta de la papelina. "Si antes no me mata la droga me va a matar uno de esos pedazos de camiones", se lamentaba ayer un yonqui. No le falta razón.

Un toxicómano murió atropellado el pasado 15 de diciembre por un conductor que se dio a la fuga. Hasta hace seis meses, Las Barranquillas era un pequeño núcleo chabolista habitado por una treintena de familias que recogían chatarra y hacían chapuzas. Desde finales de verano, el número de chamizos se ha multiplicado por cuatro, y en ellos se han asentado algunas familias desalojadas de La Celsa y del poblado desmantelado de Torregrosa.

Urbanismo proyecta un nuevo acceso para evitar el paso de camiones por el poblado

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Sin embargo, los vecinos de Vallecas Villa consideran que el plan policial es un fracaso: "Ahí vivían unas 30 familias decentemente y han llegado un montón de familias gitanas de traficantes sin que nadie haga nada pese a que se sabía que el problema estaba creciendo. Durante unos días acudieron varias patrullas de la Policía Municipal para impedir nuevas construcciones, pero pronto dejaron de aparecer y cada noche ha llegado más y más gente. Y muchos de ellos no viven allí, sólo lo utilizan para la venta de droga", aseguró ayer un portavoz de la asociación vecinal Ahora de Vallecas Villa.Para Nicasia de la Cruz, concejal portavoz de IU en la Junta municipal de Vallecas Villa, el problema destapado en el poblado de Las Barranquillas es una demostración de la mala política social del Partido Popular: "Álvarez del Manzano propicia que este tipo de poblados emerjan fuera de los núcleos urbanos, y las políticas que se aplican de tratamiento de droga no tienen consistencia. Se traslada el problema de una zona a otra, y siempre afecta a los distritos del sur".

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