El Ministerio de Medio Ambiente ensayará en Andalucía nuevas actuaciones contra la erosión

El Ministerio de Medio Ambiente ha elegido Andalucía para ensayar nuevas iniciativas de lucha contra la desertización, que responden a un criterio más ambicioso que la mera reforestación del territorio. Este nuevo enfoque, que pretende atajar la erosión en varias cuencas hidrográficas andaluzas, permitirá financiar los proyectos con cargo a los fondos de cohesión. El director general de Conservación de la Naturaleza, Enrique Alonso, calcula que se podrán arañar alrededor de 4.500 millones de pesetas de los fondos actuales para acometer varios proyectos en Andalucía durante 1999, que serán seleccionados durante el mes de enero, una vez perfilados por técnicos de la Consejería de Medio Ambiente.

El giro del Ministerio de Medio Ambiente a su política de lucha contra la desertización pretende aprovechar la inyección económica que aseguraría la obtención de fondos de cohesión para estos planes. Para acceder a ellos se ha cambiado el espíritu de las iniciativas. El director general de Conservación de la Naturaleza, Enrique Alonso, define el nuevo marco como "política de territorio". "No se trata sólo de financiar política forestal e invertir en selvicultura, repoblación o cuidado de los bosques", explica. La racionalización de las actuaciones, según Alonso, contempla medidas para comprobar "si se retiene para siempre la desertización". Las cuencas andaluzas serán los lugares de ensayo, antes de trasladar al resto del territorio español las mismas iniciativas. El Ministerio de Medio Ambiente pretende que la financiación de estas actuaciones salga de los fondos de cohesión, que actualmente discuten los países comunitarios para el quinquenio del 2001 al 2006. Con el ánimo de allanar este camino, la Dirección General de Conservación de la Naturaleza trabaja a marchas forzadas, en colaboración con la Junta de Andalucía, para arañar algunas partidas de los actuales fondos de cohesión, que se trasvasarían de aquellos proyectos desechados, que oscilan en una horquilla que va de los 2.000 a los 9.000 millones. Enrique Alonso calcula que podrían obtenerse, de esta partida, alrededor de 4.500 millones para costear los "macroproyectos" de lucha contra la erosión de Andalucía. Acceder a estos fondos obliga a agilizar al máximo la redacción de los proyectos, en los que trabaja la Consejería de Medio Ambiente para ultimarlos a principios de enero. Desgaste histórico La elección de Andalucía no es ociosa. El territorio de la región sufre pérdidas de suelo desde la Reconquista. Aunque las inversiones en repoblación, restauraciones hidrológico-forestales o tratamientos selvícolas han ayudado a frenar el proceso erosivo, los cambios en los usos del suelo de las últimas décadas han favorecido la desertización. Los últimos datos, referentes a 1996, indican que ese año el 30% de la superficie andaluza sufrió pérdidas de más de 100 toneladas de suelo por hectárea, una cifra que casi multiplica por cuatro los datos del ejercicio anterior. Los procesos erosivos, que castigaron especialmente las provincias de Granada, Málaga, Córdoba, Jaén y Cádiz, obedecieron sobre todo a las anómalas condiciones de pluviometría.