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Sadam movilizó grupos armados para evitar una insurrección popular durante el ataque

, El presidente iraquí, Sadam Husein, no parece estar tan seguro de su base de poder. Durante los últimos bombardeos anglo-norteamericanos sobre Irak, y en previsión de una posible insurrección popular coincidiendo con dicho ataque, Sadam ordenó medidas inusuales y extremas de seguridad para aplastar cualquier expresión de disidencia. Durante los cuatro días que duraron los bombardeos, el régimen iraquí movilizó miles de soldados, militantes del partido gubernamental Baaz y civiles fuertemente armados para patrullar las principales ciudades del país.

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La movilización de esta milicia popular, capitaneada en ocasiones por militares profesionales vestidos con traje de campaña, era visible, sobre todo, a altas horas de la noche, cuando arreciaban las explosiones de los misiles de crucero Tomahawk y la ciudad aparecía desierta. Entonces se les veía apostados con sus armas en las esquinas de muchas calles, charlando de manera informal mientras trataban de calentarse en las hogueras improvisadas sobre las aceras.Estas milicias controlaron las grandes vías de acceso a las principales ciudades y a la capital, en especial la gigantesca autopista que une Bagdad con la frontera jordana. Allí establecieron barreras móviles de control en las que cada vehículo era registrado y la identidad de sus ocupantes minuciosamente comprobada. "Son los hombres del Baaz", comentaba un taxista tratando de tranquilizar a sus clientes. La movilización de los hombres del partido gubernamental continuó después de que se anunciara el final de los ataques -el domingo-, demostrando en la calle la fuerza de sus armas ante una población tranquila que parecía, pasado el peligro, más pendiente del inicio del mes de Ramadán que de otra cosa.

El vicepresidente iraquí, Ezzat Ibrahim al Duri, que hace poco menos de un mes salvó milagrosamente la vida en un atentado con granadas en Karbala (ciudad santa shií), fue uno de los responsables de esta operación, según se desprende de una escueta nota publicada estos días en la prensa de Bagdad en la que ensalza la labor de estas milicias. En una retórica poética se asegura que "sus grandes ojos están abiertos sobre las colinas, las calles y las cimas de las montañas" con la misión de "asegurar el normal desarrollo de la vida en las ciudades y arrastrar cualquier tentativa de subversión".

Los temores de una sublevación popular como la que sucedió al final de la guerra del Golfo en el norte (kurdos) y sur del país (shiíes) llevaron al régimen a actuar con puño de hierro en los momentos más críticos, llegando a ordenar el fusilamiento de cinco militares que, al parecer, se negaron a obedecer las órdenes recibidas, según denunció el lunes un comunicado de la oposición iraquí publicado en la prensa árabe editada en Londres.

Mensaje a la oposición

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La movilización de estas milicias populares tiene lugar después de que el presidente estadounidense, Bill Clinton, anunciara en noviembre, al finalizar la anterior crisis, su decisión de derrocar al régimen de Sadam Husein con el apoyo activo a las diversas organizaciones de la oposición en el exterior, a las que ha prometido una ayuda próxima a los 500 millones de dólares. A juicio de los analistas en Bagdad, esta demostración de fuerza trata, además de impedir cualquier sublevación, de lanzar un mensaje claro a las fuerzas opositoras: derrocar a Sadam no va a ser fácil.La aparición de estas milicias en la calle provocó la sorpresa de algunos diplomáticos occidentales, ya que, en las anteriores crisis de febrero y enero, estos militantes del partido Baaz adoptaron una posición más bien pasiva. Algunos participaron en aquellas ocasiones sin excesivo entusiasmo en las clases de instrucción militar que los mandos del Ejército improvisaron ante las cámaras de la televisión internacional en cualquier esquina de la capital.

Por otra parte, el Gobierno de Irak denunció ayer que dos escuadrillas de aviones violaron el espacio aéreo en el sur de Irak, a la altura de Basora, lanzando dos misiles hacia un objetivo no definido. Tanto Estados Unidos como el Reino Unido han negado cualquier implicación en ese supuesto incidente.

Mientras, en París, el Gobierno francés ha solicitado al estadounidense que muestre lo antes posible las pruebas sobre los daños reales ocasionados en la infraestructura militar iraquí para poder evaluar de este modo las opciones políticas y diplomáticas de las que se dispone ahora. En este sentido, el secretario de Defensa británico, George Robertson, aseguró ayer que "los daños habían sido inmensos".

[El Gobierno de EEUU anunció ayer su disposición a aumentar las exportaciones de petróleo iraquí para la compra de alimentos, según aseguró el subsecretario de Estado, Thomas Pickering, informa Reuters.]

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