_
_
_
_
_

El Instituto de Magnetismo confirma que el metro daña los aparatos del Clínico

El proyecto de ampliación del metro de Madrid, emprendido hace tres años por el Gobierno regional, tenía un problema y ya dispone de tres planes para solucionarlo. El informe del Instituto de Magnetismo Aplicado -una entidad dependiente de la Universidad Complutense y participada por la compañía Renfe- concluye que los campos magnéticos que generan las masas metálicas de los trenes supondrían un "problema serio" para los aparatos de alta tecnología del Hospital Clínico.El túnel de la línea 7 del metro, ya construido, transcurre 29 metros por debajo de estas instalaciones hospitalarias. El problema se ha advertido a tiempo. Y no es irresoluble.

Los especialistas han encontrado al menos tres soluciones técnicas para evitar los probables daños en los aparatos sanitarios de precisión, en los que la más mínima variación puede afectar decisivamente a su funcionamiento.

Más información
La línea 7 se inaugura a finales de febrero

Los aparatos más delicados se encuentran en los departamentos de Medicina Física, Endoscopia, Radiodiagnóstico y Medicina Nuclear, y el conjunto de sus aparatos (muchos de ellos de recientísima adquisición) está valorado en más de 1.500 millones de pesetas.

La investigación del Instituto de Magnetismo Aplicado le ha costado 6,9 millones de pesetas al Insalud, muy preocupado por los efectos de la circulación del metro bajo edificios hospitalarios.

En dos meses de frenético trabajo, el director de este instituto y catedrático de Magnetismo, Antonio Hernando, ha llegado a patentar un novedoso sistema de bobinas para neutralizar la emisión de campos magnéticos y solucionar el problema que se podría plantear a partir de febrero, cuando los trenes empezarán a circular por ese tramo de la línea 7 del suburbano.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Con todo, puede que haya una solución aún más sencilla -mediante un tendido paralelo a las catenarias- para asegurarle un futuro tranquilo a los aparatos del hospital Clínico. En cualquier caso, el tramo subterráneo Canal-Valdezarza, en el que se incluye el tramo conflictivo bajo el centro sanitario, estará abierto cuando se había previsto: el próximo 29 de enero.

PASA A LA PÁGINA 3

Pruebas en Alonso Cano

Los técnicos crean unas bobinas para neutralizar con ondas el campo magnético en el túnel

La teoría y los ensayos previos de laboratorio avalan esta solución. Ahora sólo falta por comprobar si funciona en la práctica. Para ello, la empresa especializada Tecnos ha realizado mediciones de magnetismo en un tramo de la línea 7 ya en funcionamiento (Gregorio Marañón-Alonso Cano) y este fin de semana instalará un dispositivo similar al diseñado para debajo del Clínico. Si las mediciones del lunes son sensiblemente inferiores, el problema habrá quedado definitivamente resuelto.En el caso de que este plan no dé resultados, hay otro en reserva. El equipo del Instituto de Magnetismo Aplicado ha patentado un sistema de generación de campos magnéticos iguales, pero de signo opuesto, al que proviene de las catenarias. Un sensor se encarga de medir el campo magnético original y generar, a través de unas bobinas, otro campo que neutraliza al primero. En los experimentos a escala del laboratorio estas "bobinas de anulación de campos" han funcionado a la perfección.

Sólo en el caso de que ambas medidas no fueran suficientes, los técnicos recurrirían a una tercera: el revestimiento de los 300 metros conflictivos con una chapa especial de dos o tres milímetros de grosor. Esta solución aparece como la menos apetecible, ya que forrar un tramo tan largo de un túnel de ocho metros de diámetro resulta bastante laborioso, reconocen los técnicos.

El catedrático Antonio Hernando confirmó que, sin estas medidas correctoras, el Clínico "se habría encontrado con un problema muy serio". El profesor reveló que muy cerca del centro hospitalario, en el Centro Nacional de Investigaciones Metalúrgicas, se dispone de un valioso microscopio que se vio afectado por el cierre de la línea 6, en mayo de 1995. Al final, los responsables de aquel centro tuvieron que optar por desplazarlo 200 metros de su ubicación original.

En cambio, el director de las obras de la línea 7, Jesús Trabada, restó importancia al impacto del campo magnético sobre las instalaciones científicas. "Las mediciones realizadas por Tecnos durante las últimas semanas revelan que las emisiones se encuentran 2.000 veces por debajo de lo que autoriza la normativa europea para los aparatos de uso sanitario. En cualquier caso, la actuación bajo el Clínico no costará más de 20 millones de pesetas y servirá para que todos nos quedemos más tranquilos", apuntó.

El gerente del hospital, Juan José Equiza, se felicitó ayer del "clima de colaboración" entre las partes, después de las tensiones habidas hace dos meses. El Insalud se compromete a que las próximas adquisiciones de alta tecnología para el Clínico incluyan sistemas especiales de protección frente a ondas magnéticas.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_