Eduardo Laborde presenta una nueva visión de San Sebastián con sus "fotocollages" panorámicos
Después de exponer en ciudades como Nueva York, Madrid o Zaragoza, Eduardo Laborde (San Sebastián, 1965) y su realidad fragmentada llegan a su ciudad natal con el objetivo de sorprender y despertar la curiosidad. Treinta fotografías panorámicas, realizadas este mismo año y recreadas con una técnica mixta de collage fotográfico, muestran un San Sebastián diferente, que trata de alejarse de la tradicional imagen de la barandilla. Laborde prepara una segunda muestra retrospectiva, desde 1981, que incluye su trabajo en Nueva York, en la Sala Kutxa.
Todas las obras se encuadran en diferentes puntos de la capital guipuzcoana. Y es que, a pesar de vivir cinco años en Nueva York, la influencia de su tierra natal no ha disminuido. En Estados Unidos, Laborde aprendió el mix media, que combina técnicas fotográficas con las pictóricas como el pastel, el dibujo a mano o la ilustración. Laborde es uno de los primeros artistas en el País Vasco que emplean esta técnica. "Es importante cambiar la mentalidad clasicista que impera en nuestra sociedad. En el País Vasco somos muy tradicionales", destaca. Y reconoce a continuación que "los jóvenes son los que mejor entienden el arte contemporáneo, pero la situación les es adversa. Hay pocas ayudas, y eso quita las ganas al artista que empieza". El problema se da también entre los galeristas, que ven cómo su época de bonanza económica de la década de los 80 ha desembocado en la crisis actual. En los últimos años, se han cerrado numerosas galerías, lo que hace más difícil para un artista exponer sus obras. Biznieto del pintor eibarrés Ignacio Zuloaga, Laborde ha rastreado las más insólitas panorámicas del paisaje donostiarra subiéndose a más de una veintena de grandes grúas que le han permitido disfrutar de vistas irrepetibles gracias a las obras en las que está inmersa la ciudad . "En mis obras trato de resaltar puntos de fuga, simetrías, efectos espejo y perspectivas diversas con el fin de crear un mundo visual más equlibrado pero también más excitante", reseña el fotógrafo. Todo ello requiere un especial trabajo: "No me dedico únicamente a sacar fotografías. Después hay que recortarlas, pegarlas y pintar algunas partes que deseo destacar. Es un trabajo costoso". Eduardo Laborde se inspira en el paisaje urbano de la capital guipuzcoana, en sus edificios y en los símbolos de la creciente ciudad tratando de dibujar una realidad para sentirse vivo. Este todoterreno de las artes confiesa que hoy en día se le da más importancia a la técnica, y por eso entre sus proyectos futuros está el de mejorar su dibujo. "Es la base para un artista, como los cimientos de una casa para un arquitecto", asegura. Y añade no sentir predilección por ninguna corriente artística, a pesar de que su obra se enmarque en el denominado collage fotográfico.
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