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Beulas une a seis miembros de la familia Chillida en una muestra

Contra cicatería, desprendimiento. Éste podría ser el resumen del milagro obrado por el pintor José Beulas (Santa Coloma de Farnes, Girona, 1921), residente en Huesca, que ha logrado reunir por primera vez a seis miembros de la familia Chillida en una exposición que estará abierta en la ciudad aragonesa hasta el 30 de enero. Organizada como un homenaje a Beulas, viejo amigo de Chillida y de Rafael Moneo, la exposición es un impulso a su deseo de legar a la ciudad su colección de arte contemporáneo, que se albergará en un edificio que ha proyectado Moneo. Los Chillida, Moneo y 17 artistas oscenses apoyan esa cesión, que ahora parece arrancar con esta muestra que enseña óleos y esculturas de Eduardo, Gonzalo, Pedro, Juan y María Chillida y Eduardo Chillida Belzunce en las salas de la Diputación provincial.La colección de Beulas incluye obras de Miró, Millares o Tàpies, por citar sólo algunos, lo que hace más difícil entender las trabas que ha encontrado su gesto. Según escribe en el catálogo el crítico Fernando Alvira, "las dudas de una ciudad que hace de la duda un modo de vida" han ido aplazando la creación de la fundación, aunque, como recoge ese mismo catálogo, Moneo confía en que 1999 "sea el año definitivo y que la fundación deje de ser sólo un sueño".

Paisajes

La exposición, que se abre con una selección de paisajes del pintor homenajeado, conduce por una escalera al espacio donde los Chillida cuelgan sus obras, 48 creaciones se distribuyen en una sala que inauguran los óleos de Eduardo Chillida Belzunce (San Sebastián, 1964), entre los que destaca Zabalaga, una pintura de gran formato. Sigue la selección de estructuras habitables, realizadas en alambre y papel acrílico por Juan Chillida (1956). A continuación, María (1960) muestra pintura y escultura. Gonzalo Chillida (1926) hermano de Eduardo, cuelga ocho óleos, Arenas, pintados entre 1995 y 1998. Y es Eduardo Chillida quien, por decisión propia, ocupa la parte final del recorrido y encierra sus obras entre los restos conservados de unas excavaciones que pusieron al descubierto los cimientos de un convento. Eso determinó la conversión de ese espacio en sala de exposiciones en lugar de garaje, y Chillida ha colocado allí Homenaje a Braque; Lotura XXVI; una pieza en alabastro sin título de 1998; Oxido G-112; dos lurras y dos aguafuertes familiares y queridos: Homenaje a Bergareche (1989) y Médicins du monde (1992). Pedro Txillida (1952) expone siete obras, entre ellas el homenaje a Giacometti, Bob Beamon y su colosal cabeza de caballo Zaldi.Seis Chillidas ha contado también con la obra de 17 artistas oscenses, que cuelgan pinturas, fotos y montajes en la sala en la que otro gran pintor de Huesca, Antonio Saura, dejó su huella imborrable en el techo.

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