Maragall juzga "peligrosa" la continuidad de Pujol en el poder El candidato del PSC reitera su apuesta por la limitación de mandatos

Pasqual Maragall explicó ayer una de las razones principales por las que a su juicio debe haber ya un cambio en la presidencia de la Generalitat. La identificación de determinados líderes con los procesos políticos que les ha correspondido dirigir puede ser positiva, dijo, pero si se espera mucho tiempo a dar el relevo "se convierte en una situación peligrosa porque parece que sólo una persona puede gobernarla". Por esta razón, el candidato del PSC a la presidencia de la Generalitat expuso en la ciudad norirlandesa de Belfast que propondrá la limitación de los mandatos presidenciales a un máximo de ocho años consecutivos.

Esta propuesta coincide con otras defendidas por varios partidos catalanes y rechazada siempre por CiU. Obedece en este caso a una reflexión sobre la experiencia de la transición española y a su paso de 14 años por la alcaldía de Barcelona. El papel que los ex presidentes Adolfo Suárez y Felipe González tuvieron en la transición y, luego, en la consolidación de la democracia hizo que ellos personificaran la instauración del nuevo régimen, dijo Pasqual Maragall. De la misma manera, al presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, se le ha identificado con el resurgimiento de las instituciones nacionales de Cataluña y el propio Maragall se considera a sí mismo representativo de la transformación de Barcelona. "Pero la continuidad en los esfuerzos que estos cambios exigen tienen que asegurarla las instituciones", afirmó, "y por ello debe haber cambios políticos". Para ilustrar este criterio, se puso él como ejemplo y argumentó que en 1997 dejó la alcaldía barcelonesa "porque es uno mismo quien debe propiciar el cambio". Aunque estas consideraciones puedan parecer de uso interno catalán, Maragall las hizo en Belfast ante unos 30 miembros del grupo Democratic Dialogue, dedicado a tender puentes entre las dos comunidades en que está dividida la sociedad norirlandesa. Público más privado El político catalán dio su visión del proceso seguido por Barcelona en los últimos 20 años. La base de los éxitos conseguidos por la capital catalana ha sido, dijo, la complicidad entre el sector público y el privado, y su proyección para el futuro es la colaboración entre la universidad, las empresas y el gobierno local. Lo que el ex alcalde denomina "el modelo Barcelona", por el que sus interlocutores demostraron tener mucho interés, es la participación conjunta de los tres niveles de la Administración que actúan sobre la ciudad, el local, el regional y el estatal, pero bajo la dirección y el impulso del más cercano a los ciudadanos, el municipal. Eso fue posible, recordó Maragall, porque la ciudad utilizó los Juegos Olímpicos como excusa para proyectar su renovación, ya que los Juegos son un acontecimiento de ámbito mundial encomendado a una ciudad y no al Estado en que ésta se halla. Maragall trazó un cierto paralelismo entre la situación actual de Belfast y la que vivió Barcelona tras el fin del franquismo. Ambas son, dijo, ciudades sobre las que ha recaído la representatividad de su país en circunstancias difíciles y trágicas; pero que, al mismo tiempo, estuvieron privadas durante largas décadas de instrumentos adecuados para dirigir su desarrollo.