Riada en Camas

No sé cuántas veces habré dicho oral y públicamente lo que a continuación expongo por escrito. Incluso me ha costado algún que otro disgusto y enfrentamiento y, aún más, enemistades. Hace pocos días llegó a mi centro de trabajo el díptico que la Consejería de Educación y Ciencia ha elaborado para la campaña de elecciones a consejos escolares, y cuál fue mi sorpresa al comenzar la lectura del mismo: "Sólo hay un camino para mejorar la enseñanza, la participación". Hasta aquí, fenomenal. Seguidamente, "lograr que el sistema educativo sea cada vez mejor es una tarea de todos: profesores, alumnos y padres". Es suficiente para dar una idea general. El texto continúa, y sigue omitiendo a un colectivo amplio de la comunidad educativa, al menos eso pienso yo que, quiera o no la propia Consejería de Educación y su máximo representante, Pezzi, existe: el personal de administración y servicios. Con toda seguridad muchos, incluido docentes, no sabrán quiénes abren los centros, quiénes limpian los centros, quiénes acompañan a los niños en el transporte escolar, quiénes preparan las comidas en los comedores públicos, quiénes vigilan, quiénes apoyan a niños con NEE, quiénes alivian el dolor o palian el problema social o psíquico, quiénes... pues, para los que todavía no se han enterado, esas personas son trabajadores de la Junta de Andalucía, son personal laboral y se les denomina abreviadamente PAS (Personal de Administración y Servicios). Publicar este díptico con motivo de las elecciones y omitir a este colectivo (7.000 personas aproximadamente) puede parecer un absurdo a muchos; personalmente, lo considero una ofensa (una más) y un rechazo a trabajadores que, diariamente, madrugamos para cooperar por una educación y un mundo mejor, aunque no seamos docentes, como algunos se empeñan en seguir llamándonos. Somos la parte más débil de la madeja, pero ello no impide que expresemos libremente nuestras opiniones. Me hubiese gustado oír más denuncias al respecto. Lo triste es que no es sólo la consejería quien piensa de esta manera. Habría que preguntarle a algún que otro sindicato si realmente contamos para algo... Por último, me viene a la memoria un pensamiento de Bertolt Brecht, que no voy a relatar por su extensión, pero que es tan desafiante como popular: "... y, por último, vinieron a por mí, pero era demasiado tarde". Algo parecido está sucediendo con el personal laboral de la J.A. Poco a poco, junto a la tiranía de decisiones políticas o económicas, y junto al pasotismo y desidia de los propios sindicatos y trabajadores, vamos perdiendo derechos, poder adquisitivo y, quizás, lo más importante, la dignidad y el reconocimiento que merece este amplio colectivo laboral.- José Luis Rubio Cruz. Sevilla.

Carta abierta a los militares que juzgarán el próximo día 16 a tres insumisos en los cuarteles: Javi, Nino y Carlos. Me declaro culpable: por sembrar semillas de esperanza en corazones infantiles; por alentar ideas utópicas en mentes juveniles; por alimentar proyectos que alumbren un mundo más justo y abierto, un mundo con cabida a todos los excluidos actuales. Me declaro culpable porque, aún sabiendo que es un camino arduo y difícil, animo a mis hijos a andarlo. Incluso anduve a su paso siempre que pude o ellos me lo permitieron. Me declaro culpable... pero no me arrepiento, es más, me siento orgullosa de saber que las personas a las que más quiero están dando lo mejor de sí mismas por hacer un mundo más habitable, un mundo donde tengan cabida todas las personas. Y eso aún sabiendo que "el premio" por su trabajo puede ser -va a ser- la cárcel. Y aún dentro de mi dolor tengo que decir: pero... ¿se puede privar de la libertad a quien ya se siente libre?- Sofía Segura Herrera. Espartinas (Sevilla).