Iglesia y genocidio
Coincidiendo con la detención del dictador Pinochet, la Iglesia se mantiene ausente y sin pronunciarse, cuando tendría que ser la primera en hacerlo. Más aún, tendría que expresar su más enérgica condena -y excomulgar- al dictador y sus secuaces.La excomunión fue la fórmula que la Iglesia utilizó en otros tiempos de manera generalizada, especialmente cuando sus subordinados -los reyes de Europa o jerarquías similares en Latinoamérica no cumplían con precisión las penas de muerte, que por herejía ordenaban los papas desde Roma, a través de sus inquisidores generales. Por tales hechos, júzguese también a la Iglesia, por "lesa humanidad", o genocidio indiscriminado, consumado desde 1233 a 1820. Y también por ocultar, callar, amparar y colaborar con dictadores, genocidas, capitalistas desaprensivos y otras raleas de dudoso orden moral.
Pues por todos son recordadas las bendiciones y santas comuniones ofrecidas al genocida y fascistoide dictador Pinochet. Por todo ello, debería yo recordar a la Iglesia el salmo 58.11-12, que dice: "Entonces dirá el hombre: ciertamente hay un fruto para el justo; ciertamente hay un Dios que juzga en la tierra".-