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EE UU endurece su política contra los hospitales que rechazan a pobres

Estados Unidos ha puesto en marcha esta semana medidas para resolver uno de los temas más polémicos y vergonzantes de su sistema sanitario: el rechazo en las salas de urgencia de los hospitales de pacientes que no tienen seguro o tienen una póliza limitada. En acciones simultáneas, el Departamento de Salud y Servicios Humanos ha anunciado multas de 50.000 dólares (siete millones de pesetas) a los hospitales que no acepten a los enfermos pobres, y el Tribunal Supremo ha iniciado una revisión de la ley que prohíbe esa práctica, pero que los hospitales violan sistemáticamente.Hasta ahora, los servicios de urgencias se han estado amparando para dejar enfermos en la calle en que los seguros no cubren ciertos tratamientos. Las personas sin seguro que no podían pagar simplemente no eran admitidas. Pero "las leyes federales están por encima de las normativas de compañías privadas", fue la advertencia que lanzó el martes el inspector general de Sanidad, June Gibbs Brown, al anunciar la reactivación de la ley contra el rechazo de pacientes, que fue aprobada en 1986.

Desde entonces se han presentado miles de quejas por falta de atención médica o retrasos en los tratamientos. En algunos casos a personas con síntomas graves. La extensión del problema no se ha reflejado, sin embargo, en las demandas judiciales, por tratarse de pacientes sin medios económicos que no podían costear ni médicos ni abogados.

Querella

El panorama cambió con la querella de una joven atropellada por un camión a la que, cuando llegó a urgencias de un hospital de Kentucky, la mandaron a internarse en una casa-asilo, en vez de tratarla allí, porque no tenía seguro. A raíz del accidente, Wanda Johnson se ha quedado en una silla de ruedas, con lesiones cerebrales y una factura de 395.000 dólares (60 millones de pesetas) de tratamientos médicos posteriores. Su caso se ha convertido en bandera contra el trato inhumano en determinados hospitales del país. Sus familiares han recurrido a los tribunales para pedir una indemnización de 10 millones de dólares (unos 1.500 millones de pesetas). El caso ha propiciado esta semana la revisión de la ley contra el rechazo de pacientes en el Tribunal Supremo de EE UU. Esa instancia judicial aún no se ha pronunciado.La negación de tratamientos se ha convertido entre las compañías aseguradoras de Estados Unidos en un método para recortar gastos. Los hospitales se quejan de que esa táctica también les afecta a ellos, porque, a la hora de cobrar por visitas al servicio de urgencias, los seguros no se los abonan.

A partir de ahora, ésa no podrá ser excusa para rechazar a los pacientes, salvo que al hospital no le importe pagar las multas de siete millones por paciente.

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