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Basta de papeles

Un texto de Saramago presenta la campaña de 50 ONG a favor de regularizar a todo inmigrante

"Para las víctimas de las persecuciones políticas y religiosas, para los acorralados por el hambre y la miseria, para quien todo le ha sido negado, negarles un papel que les identifique será la última de las humillaciones. Ya hay demasiada humillación en el mundo, contra ella y a favor de la dignidad, papeles para todos". Con este texto del Nobel José Saramago, escrito para la ocasión y leído por la actriz Pilar Bardem, se presentó ayer la campaña Papeles para todos y todas. Ningún ser humano es ilegal, en el Círculo de Bellas Artes.La iniciativa la han emprendido 50 organizaciones sociales madrileñas para reclamar que se documente a todos los inmigrantes que viven en España de forma irregular, sin exigirles, como ahora, que presenten una oferta de trabajo. En el acto también intervinieron el pintor Juan Genovés, la actriz Fanny Rubio y el juez Joaquín Navarro, así como representantes de las organizaciones convocantes, entre las que se encuentran la Coordinadora de ONG para el Desarrollo, la Asociación Pro Derechos Humanos, el Consejo de la Juventud de Madrid, Jueces para la Democracia, Aedenat, la Asociación Libre de Abogados, la Asociación de Mujeres Juristas Themis, asociaciones de inmigrantes africanos y latinoamericanos y la Plataforma del 0,7%.

Los promotores de la campaña la han hecho coincidir con la celebración del 50º aniversario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Consideran que, al relegar a un inmigrante a la condición de ilegal, se están vulnerando derechos como el de buscar trabajo y sustento allí donde se desee o el de recibir la atención social y sanitaria que poseen los ciudadanos del país.

Todas los intervinientes en el acto de ayer sostuvieron que el derecho al trabajo es un derecho fundamental "que no puede estar condicionado por ningún permiso administrativo, ni puede ser un requisito para acceder a otros derechos fundamentales".

Se habló también de la ilegalidad que supone internar en un centro cerrado durante 40 días a los inmigrantes pendientes de expulsión por estancia ilegal, y de la sobreexplotación que sufren muchos irregulares abocados por su situación a la economía sumergida.

Los impulsores de esta iniciativa no creen que una política de puertas abiertas implique una llegada masiva de inmigrantes. "Y si así fuera, lo único que haría eso es desenmascarar la injusticia Norte-Sur, un problema que no se resuelve restringiendo el derecho a emigrar, sino cuestionándose el modelo de sociedad en que vivimos", indicaron.

La campaña pretende conseguir que proliferen los municipios que se declaren zona abierta a los ciudadanos del mundo.

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