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Zaplana y Romero retoman los contactos para elegir la Acadèmia de la Llengua

Los contactos para constituir la Acadèmia Valenciana de la Llengua se han restablecido, aunque la negociación ha experimentado algún cambio, ya que los socialistas se muestran ahora más duros en sus posiciones. El presidente del Consell, Eduardo Zaplana, y el secretario general del PSPV, Joan Romero, hablaron del asunto ayer, durante una comida en el Palau de la Generalitat. Romero exigió tratar directamente con Zaplana, reclamó que los miembros del organismo se ajusten a los criterios científicos y que haya un vicepresidente "político" si se opta al final por un presidente como Manuel Tarancón. Zaplana mantuvo su posición.

Hacía casi un mes que las conversaciones estaban rotas. Ayer, el secretario general del PSPV, Joan Romero, comió con el presidente de la Generalitat, Eduardo Zaplana, invitado por éste, para tratar de desbloquear la elección de los miembros de la Acadèmia Valenciana de la Llengua, último paso del pacto lingüístico que quedó estancado a finales del pasado mes de octubre. El bloqueo se produjo, de un lado, porque las propuestas del PP para los componentes de la entidad normativa sobre el valenciano no se ajustaban, en opinión de los socialistas, a las garantías de rigor científico y filológico contempladas en la ley de creación, y de otro lado, porque el PP amenazó con plantear en su programa electoral la reforma de la norma para que el organismo sea elegido por mayoría simple y no por dos tercios de los parlamentarios, como se establece ahora. Nadie quiso comentar nada de lo hablado en la reunión de ayer, a la que asistieron, junto a Zaplana y Romero, el consejero de Cultura, Francisco Camps, y el presidente del Consell Valencià de Cultura, Santiago Grisolía. Sin embargo, fuentes próximas a la negociación señalaron que la posición de Romero se ha endurecido. Ya no acepta a Camps como interlocutor, sólo está dispuesto a tratar el asunto directamente con el presidente de la Generalitat, reclama a Zaplana una propuesta que se atenga al perfil científico y plantea que, si al final tiene que haber un presidente "político", como ha sugerido el PP al lanzar el nombre del titular de la Diputación de Valencia, Manuel Tarancón, el vicepresidente de la Acadèmia también tendrá que ser "político", en este caso a iniciativa de los socialistas. Tras haber mantenido en suspenso la negociación, hecho que ha generado un ambiente de pesimismo sobre la posibilidad de culminar el acuerdo de la lengua, Zaplana parece tener ahora prisa por cerrar la negociación. Sin embargo, Romero considera que el bloqueo de las conversaciones le ha cobrado un precio en críticas y descalificaciones que ya no tendrá que volver a pagar. Por ello, se muestra más inflexible que en los reiterados intentos de obtener un acuerdo llevados a cabo en su nombre por los catedráticos Ramon Lapiedra, Antoni Ferrando y Rafael Alemany. Los profesores llegaron a poner sobre la mesa de negociación casi 60 nombres de posibles integrantes de la Acadèmia, obteniendo el rechazo de los populares, incluso en el caso de personas que militan en sus propias filas. El problema radica en que al menos 14 de los 21 miembros de la Acadèmia Valenciana de la Llengua, tal como recoge la ley de creación, aprobada por las Cortes a inicios de septiembre, deben reunir un perfil de solvencia científica y filológica. Para que ello sea posible, a los nombres que propone el PSPV, procedentes de la Universidad y del mundo de la filología, todos defensores de la unidad de la lengua catalana, debe añadir el PP como mínimo otros cuatro de similares características. Romero se ha declarado irreductible en este punto. Tiene que ser Zaplana quien le haga la propuesta y no aceptará discutirla si no responde a esa exigencia. El presidente de la Generalitat, que lanzó la idea del pacto lingüístico hace poco más de un año al encargar al Consell Valencià de Cultura un dictamen sobre la polémica, ha repetido que la constitución de la Acadèmia se llevará a cabo. Mediados de enero es el límite que Romero le ha puesto y que el propio Zaplana ha apuntado para lograrlo.

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