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NEONATOLOGÍA

La mala alimentación puede provocar retrasos en los niños prematuros

Isabel Ferrer

Los buenos hábitos alimentarios empiezan, en el caso de los bebés prematuros, en la incubadora. Según el primer estudio que analiza los efectos de la dieta en la evolución intelectual posterior de los niños prematuros, las leches enriquecidas facilitan un mejor desarrollo cerebral. La leche materna sigue siendo la solución perfecta. Pero no siempre es posible y muchos niños tienen que ser alimentados con leches maternizadas.Cuando los bebés prematuros necesitan atenciones constantes a consecuencia de su bajo peso, es frecuente que el equipo médico decida reducir los aportes de líquidos o alimentos para mantenerlos estables. Pero ahora se ha demostrado que si la alimentación que se les administra no contiene suficiente cantidad de minerales, proteínas y vitaminas, su capacidad verbal puede verse comprometida y causar luego problemas en la escolarización.

Alan Lucas, experto en alimentación del Instituto Británico para la Salud Infantil, sostiene ahora que la falta de nutrientes puede retrasar la capacidad de expresión verbal para el resto de sus vidas. "La dieta, incluso en situaciones tan críticas como la de muchos de estos bebés, es importante para que el cerebro pueda desarrollarse", ha dicho.

El estudio ha deparado una sorpresa que el equipo investigador no esperaba: los niños sufren en mayor medida que las niñas las consecuencias de una alimentación deficiente.

A los ocho años

También se ha constatado que los efectos de la falta de nutrientes son perceptibles hacia los ocho años. Para entonces, ya puede medirse con bastante certeza el coeficiente verbal del menor. En los casos de parálisis cerebral asociada a un nacimiento prematuro, los chicos tenían también problemas más acusados.Si bien los investigadores no atribuyen la parálisis misma a la falta de alimentos, "es posible que la carencia de nutrientes impida al cerebro compensar por sí solo los efectos de la falta de oxígeno al nacer", apunta el estudio. Las diferencias entre ambos sexos se mantienen, incluso, cuando el nacimiento antes de tiempo no comporta secuelas físicas. De los casi 400 pequeños de ambos sexos analizados y que tomaron leches maternizadas sin enriquecer, un 31% presentaba un desarrollo verbal bajo a los siete años. Entre los que recibieron la fórmula enriquecida, la cifra era del 14%. En el caso de los varones, un 47% de los que no habían recibido suplementos tenían problemas de lenguaje, frente a un 13% en el grupo con alimentación suficiente.

Publicado la pasada semana en el British Medical Journal, el estudio se inició hace 16 años. En ese momento, las leches maternizadas que se administraban no estaban enriquecidas. Hasta finales de los años ochenta no se introdujeron las leches enriquecidas. "Gracias al estudio podemos concluir que una mala nutrición compromete el futuro de los niños prematuros", afirma Lucas. El investigador ha hecho hincapié en que el trabajo es el primero de este tipo que se realiza en países desarrollados.

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