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EL 'CASO PINOCHET'

El Gobierno británico se desentiende de las presiones de Chile para impedir la extradición

ENVIADO ESPECIALEl ministro de Exteriores del Reino Unido, Robin Cook, recibió ayer por el espacio de una hora a su homólogo de Chile, José Miguel Insulza, quien llegó a Londres para solicitar al Gobierno de Tony Blair que deje regresar al ex dictador Augusto Pinochet a Chile, después de advertirle por teléfono de que el próximo paso en el proceso de extradición, tras la decisión de los jueces lores contra la inmunidad, entra dentro de las competencias del Ministerio del Interior y que no será objeto de una decisión "colectiva" del Consejo de Ministros británico.

Un frío comunicado del Ministerio de Exteriores británico (Foreign Office) recogió ayer las palabras de Cook, mientras que Insulza abandonaba el edificio sin hacer declaraciones y presionado por los gritos de los exiliados chilenos en el exterior. Más tarde, el canciller chileno convocó una rueda de prensa para las 20.00 horas de Londres para desconvocarla media hora después. El ministro de Interior, Jack Straw, no recibirá al canciller, pues se considera inapropiado debido a que él debe dar curso o no al proceso de extradición del ex dictador.Insulza llegó a Londres desde Santiago y se marchó al Foreign Office prácticamente con las maletas a cuestas. Nada más aterrizar en Londres, llamó a Robin Cook por teléfono. Éste le sugirió que pasara de inmediato por su despacho. A las 14.45, hora de Londres, sin hacer escala ni siquiera en la Embajada chilena, Insulza entró en el despacho de Robin Cook.

Mientras tanto, los servicios de prensa de la embajada chilena aconsejaron a los medios de comunicación no acudir a la puerta del Foreign Office porque Insulza no pensaba hacer declaraciones ante la previsión de una presencia masiva de grupos de exiliados chilenos.

Tras una hora de reunión, el canciller chileno abandonó el Foreign Office, mientras que el ministro Cook difundió un comunicado. La redacción del texto expresa el gran cuidado que ha puesto el Gobierno británico en el tratamiento del caso Pinochet.

"El ministro de Exteriores chileno, José Miguel Insulza, me llamó esta tarde", dice Cook. "El canciller dijo que había venido al Reino Unido a expresar la enérgica posición del Gobierno chileno en el sentido de que se permita al senador Pinochet regresar a Chile. Yo le aseguré que hemos dado traslado al Ministerio del Interior (Home Office) las posiciones entregadas por la Embajada chilena".

Razones políticas

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Asimismo, Cook no dejó pasar la oportunidad para establecer las reglas de juego: "Le expliqué que la próxima etapa del proceso de extradición prevé una decisión del secretario del Home Office, que actuará independientemente, de acuerdo con sus responsabilidades legales, y que esto no es una cuestión de discusión colectiva de los ministros. Le aseguré al señor Insulza que ni la detención inicial ni los subsiguientes pasos han estado motivados por razones políticas".El responsable del Foreign Office, tras estas aclaraciones, fue algo más amable. "He dado la bienvenida a la visita del ministro de Exteriores Insulza considerándola como una oportunidad para enfatizar la importancia de la relación bilateral y el fuerte apoyo del Reino Unido a la democracia de Chile. Ambos hemos expresado nuestro compromiso compartido de mantener buenas relaciones entre ambos países".

Insulza dejó el Foreign Office y se marchó con el embajador de Chile en el Reino Unido, Mario Artaza. Un par de horas después, sobre las seis de la tarde, llamó a la embajada y anunció a los periodistas reunidos, la mayoría de ellos representantes de medios de comunicación chilenos, que se celebraría una rueda de prensa a las ocho. Media hora después de la convocatoria, Insulza dio una contraorden. La rueda de prensa quedó suspendida. Al parecer tendrá lugar hoy por la mañana.

La aclaración de Cook en el sentido de que ha trasladado al Home Office los papeles entregados por un funcionario de la Embajada chilena el pasado miércoles está en la línea de frialdad y respeto a las competencias de su colega de Interior, Jack Straw.

Los papeles que fueron entregados al Foreign Office son una copia de aquellos que un instante antes habían sido entregados por el funcionario chileno al Home Office. Por tanto, Cook no ha considerado ni siquiera la la posibilidad de echarles una ojeada. Su recepción se considera una mera formalidad.

El jarro de agua fría que supone el tratamiento profesional de Cook se suma al hecho de que el ministro de Interior, Jack Straw, no recibirá al canciller chileno. Straw se ha erigido en una suerte de arbitro entre los dos bandos en lucha -el juez español Baltasar Garzón, la fiscalía de la Corona, la defensa de los familiares de las víctimas y las organizaciones de derechos humanos, por una parte, y la defensa de Pinochet, por la otra- ha anunciado que no puede, legalmente, recibir a ninguna de las partes.

En cambio, su Departamento está dispuesto a recibir todo el material documental para conocer a fondo las posiciones sobre el procedimiento de extradición.

Razones humanitarias

La Embajada chilena ya entregó el miércoles una parte de sus alegaciones y se espera que en las próximas horas haga llegar al Home Office un nuevo documento sobre las presuntas razones humanitarias que asistirían a Pinochet para eludir la acción de la justicia y lograr autorización para regresar a Chile.Fracasada la vía de la inmunidad, por la resolución de los jueces-lores del miércoles día 25, el Gobierno chileno y la defensa del general Augusto Pinochet intentan ahora el camino de la enfermedad del senador vitalicio y de las causas humanitarias para que el ex dictador pueda regresar cuanto antes a casa.

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