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El Congreso aprueba el nuevo impuesto de la renta

El Congreso aprobó ayer la reforma del IRPF con los votos a favor del PP, CiU y Coalición Canaria, la abstención del PNV y el rechazo del PSOE, IU y Grupo Mixto. Mientras el PP acusó a los grupos de izquierda de no querer bajar los impuestos, éstos insistieron en que con esta reforma fiscal se favorece a los ricos, y su elevado coste -538.000 millones, según el vicepresidente y ministro de Economía, Rodrigo Rato- la hará insostenible. El nuevo impuesto se aprueba un día antes de que el Gobierno nombre a Ignacio Ruiz Jarabo director de la Agencia Tributaria.

El trámite ayer en el Congreso consistió en aprobar las enmiendas introducidas en el Senado a la reforma del impuesto sobre la renta, lo que el Gobierno logró con los votos de algunos socios nacionalistas y la abstención del PNV. Con ello se termina un trámite parlamentario que no ha variado en lo esencial el proyecto de ley que el Gobierno envió a las cámaras en junio pasado.El vicepresidente segundo y ministro de Economía, Rodrigo Rato, destacó que con la reforma "se cumple un compromiso electoral, se da un paso trascendental en el proceso de liberalización económica y se devuelve la justicia y la equidad al sistema tributario".

Según afirmó, "no sólo se trata de una reducción de impuestos para todos, sino que se produce de forma especialmente intensa para las rentas más bajas, los asalariados y las familias". Rato cifró el coste de la reforma en 538.000 millones de pesetas, una cantidad que se sitúa en torno al 10% de la recaudación por este impuesto.

Desde la oposición, el portavoz del PSOE en este trámite, Juan Manuel Eguiagaray, auguró "una corta vida" al nuevo impuesto; "tan corta como el tiempo que este país necesite para cambiar de mayoría". Eguiagaray hizo una intervención en tono irónico para insistir en que la reforma es regresiva, compleja y discrimina las rentas del trabajo frente a las del capital.

El portavoz de IU, Pedro Antonio Ríos, calificó el nuevo impuesto de "castigo divino para los que trabajan" porque pagarán más que aquéllos cuyas rentas proceden del capital. Joan Saura, de Iniciativa per Catalunya, subrayó que esta reforma es "temeraria e injusta" y manifestó su apoyo a la protesta que el próximo 3 de diciembre llevarán a cabo los sindicatos. El PNV mantuvo la abstención respecto al proyecto de ley, y su portavoz, Jon Zabalía, pidió al PP que "se comporte de la misma forma" respecto a la reforma del IRPF que se tramita en el País Vasco.

Desde CiU, el diputado Francesc Homs subrayó que "ésta es la reforma fiscal que quiere la sociedad española", y calificó de "etéreo y simplista" el argumento de que favorece a los ricos. Entre las enmiendas del Senado aprobadas ayer figura la obligación de declarar cuando se quiere desgravar por compra de vivienda o planes de pensiones. También, la exención fiscal para los premios de lotería y de la ONCE.

Relevo en la Agencia

La reforma llega, por otra parte, en plena crisis de la Agencia Tributaria, que, por el momento, le ha costado el puesto a su director general, José Aurelio García Martín. El Consejo de Ministros le relevará hoy del cargo y nombrará en su lugar a Ignacio Ruiz Jarabo, hasta ahora director general de Recaudación.Ruiz Jarabo, de 42 años, ocupó con anterioridad el puesto de director del Centro de Gestión Catastral, y es calificado de "hombre dialogante". Ayer, la asociación que agrupa a los inspectores, Apife, celebró una nueva asamblea en la que se calificó de "confusa e innecesaria" la solución que el Parlamento ha pretendido dar al conflicto de los subinspectores.

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