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Un cuadro desconocido de Poussin abre su muestra en Roma

Pintado por encargo de la familia papal de los Barberini, en apenas cinco semanas de 1626, El saqueo del templo de Jerusalén por Tito significó el despegue artístico de Nicolás Poussin (Les Andelys 1594-Roma 1665) en la Roma de principios del siglo XVII, dominada por cardenales y banqueros. Siglos después de perderse completamente la huella de esta obra esencial de juventud del pintor francés, el estudioso británico Denis Mahon la encontró un día en una subasta de Sotheby´s. El cuadro, debidamente restaurado, es la pieza estelar de la exposición que se inaugura hoy en Roma dedicada a Los primeros años romanos de Nicolás Poussin. Dos de las 40 obras que se exponen hasta el 1 de marzo han sido prestadas por el Museo del Prado de Madrid.La firma Hazlitt, Gooden & Fox, actual propietaria de El saqueo, le debe gratitud eterna al experto británico en pintura del siglo XVII Denis Mahon. El extraordinario olfato de este londinense de 88 años de edad ha permitido descubrir, tras los trazos oscuros de un lienzo atribuido al pintor italiano Pietro Testa, El Saqueo de Cartago que se ofrecía en una subasta de Sotheby´s en 1995, la obra maestra de Poussin. A partir de este momento la cotización del lienzo, que se disputan ahora los gobiernos italiano e israelí, ha subido numerosos enteros. Mahon explicó ayer, en la presentación de la exposición, que le llamó extraordinariamente la atención la presencia en el cuadro de un hombre llevando un candelabro judío de siete brazos como botín; a partir de ahí empezaron sus investigaciones.

Un estilo cambiante

"A los expertos les ha desconcertado el estilo del cuadro, pero Poussin cambiaba continuamente", señaló Mahon ayer, y apenas pisar tierra italiana, en 1624, este artista francés, un poco provinciano, comienza un aprendizaje exhaustivo de la escultura clásica y de la obra de Tiziano que dejará honda huella en su obra.Uno de los placeres de la muestra, aparte del cuadro recuperado, es poder contemplar juntas las diversas versiones de un mismo tema ejecutadas por Poussin para satisfacer la cada vez más numerosa demanda una vez se consolida su fama, lo que le permite disponer de una cuenta en el Banco del Santo Spirito en 1627. Esta primera etapa romana del pintor, que se desarrolla entre 1624 y 1628, no ha dejado, sin embargo, especial huella en las pinacotecas italianas.

De Poussin apenas quedan un par de obras de juventud en los museos vaticanos (La batalla de Gedeón y Martirio de San Erasmo), y otras dos en la galería Nacional de Arte Antiguo del Palacio Barberini y en el museo del Campidoglio, lo que ha obligado a los organizadores de la exposición (encabezados por el Ministerio de Cultura y la concejalía de Cultura del Ayuntamiento de Roma) a pedir prestados los lienzos a museos de medio mundo. Del Prado han llegado dos obras, Ninfa y sátiro que bebe y Baco y Ariadna.

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