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LA POLÉMICA AUTONÓMICA

El Gobierno acusa a Pujol de falsear el déficit catalán para exigir la plena autonomía fiscal

Luis R. Aizpeolea

El Gobierno acusó ayer a su principal socio parlamentario, el presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, de falsear el debate sobre la fiscalidad de Cataluña y de instrumentalizar la institución autonómica para obtener ventajas partidistas ante un previsible adelanto de las elecciones catalanas. El ministro de Administraciones Públicas, Mariano Rajoy, respondió de forma contundente a la exigencia de Pujol de un nuevo sistema fiscal propio que permita a la Generalitat recaudar el 100% de los impuestos. Rajoy niega que Cataluña tenga un déficit fiscal de entre 800.000 millones y 1,2 billones. Y advierte de que es "inviable" y tiene "efectos perversos" medir los saldos netos entre comunidades. En opinión del Ejecutivo del PP, Pujol, en un gesto de "insolidaridad", actúa con el mismo criterio con el que Alemania quiere recortarle a España los fondos de cohesión.

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El Ejecutivo respondió ayer con contundencia a la reclamación más emblemática de Jordi Pujol: un nuevo pacto fiscal que permita a la Generalitat recaudar el 100% de los impuestos, con un modelo similar al Concierto Económico Vasco. Pujol argumenta -según el Gobierno, con datos que no se ajustan a la realidad- que Cataluña aporta a España más de lo que recibe por un monto variable anual de entre 800.000 millones y 1,2 billones de pesetas.La respuesta de Rajoy a su principal socio, muy meditada, marca una nueva fase en las relaciones entre el Gobierno del PP y la Generalitat. Rajoy no se recató al aludir que la reclamación de Pujol responde a razones electorales. Recordó que el actual modelo de financiación autonómica, de cesión del 30% de la gestión del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF) a las comunidades autónomas, fue pactado por el Gobierno y CiU en 1996 y está vigente hasta el año 2001. Y concluyó, por tanto, que la reclamación de Pujol, además de estar distorsionada por la inexactitud de las cifras que maneja, está motivada por la proximidad de las elecciones catalanas. "Pero en las campañas electorales se debe debatir la gestión realizada y no nuevas reclamaciones", enfatizó el ministro.

Junto a su queja, el ministro Portavoz, Josep Piqué; el vicepresidente económico, Rodrigo Rato, y el titular de Trabajo, Javier Arenas, se encargaron de subrayar la "insolidaridad" de Pujol y la falsedad de su debate. Rato manifestó que el principio de los saldos netos es inexacto porque no incluye todos los conceptos necesarios para medir los flujos económicos, y precisó que ese mismo debate se podría plantear también a nivel de ciudades y no sólo de autonomías, de modo que cada ciudad reclamara recibir el mismo dinero que el que aporta a una determinada zona.

Rajoy también entró en el fondo de la reclamación de Pujol y la consideró "inviable" y de "efectos perversos". A su juicio, no se pueden medir los "saldos netos" entre una comunidad autónoma y el Estado o entre dos comunidades. "Las empresas, frecuentemente, pagan impuestos en unas comunidades y obtienen beneficios en otras. Sucede con el IVA, el impuesto de sociedades y el de sucesiones". Con este argumento rechaza la mayor, esto es, la versión de Pujol de que Cataluña tiene un déficit fiscal global entre 800.000 millones y 1,3 billones. Pero no quiso ofrecer una cifra alternativa porque, dijo, es "imposible medir los flujos financieros" entre comunidades.

No pagan más

Rajoy asegura que es incierto que los catalanes paguen el 20% por encima de la media española y reciban un 17% por debajo, como señala Pujol. "No sé de dónde salen esas cifras. Lo que yo sé es que todos los ciudadanos pagan los mismos impuestos. Por ejemplo, el AVE que enlaza con Castilla-La Mancha. ¿Se le imputa a esta comunidad? ¿No es acaso un servicio que beneficia a ciudadanos de comunidades muy diversas? ¿Qué pasa con una empresa que declara en Madrid y obtiene beneficios en otras comunidades?". "La teoría de los "saldos netos" que maneja Pujol es inviable y tiene efectos perversos", concluyó el ministro.El titular de Administraciones Públicas sostiene la "inviabilidad" de elaborar una balanza fiscal entre comunidades y el Estado, tanto para ingresos como para gastos. "En impuestos como el IRPF, el hecho gravado es la obtención de la renta independientemente del lugar en que se haya generado; lo mismo ocurre con el de sociedades, que grava el beneficio con independencia del lugar en que se haya producido. En ambos impuestos, el criterio de residencia del sujeto pasivo tan sólo sirve para determinar las obligaciones fiscales de carácter administrativo", dice Rajoy.

El ministro compara la posición de Pujol sobre los "saldos netos" con la que mantiene Alemania ante España con los fondos de cohesión. Alemania argumenta que España, con la entrada en el euro, no necesita percibir las ayudas actuales y defiende su recorte.

En un terreno más ideológico, Rajoy combatió la "identificación que Pujol hace de Cataluña con la Generalitat". "Los que pagan impuestos son los ciudadanos catalanes, y pagan los mismos que todo el mundo. No es la Generalitat quien los paga. Los que reciben servicios son los catalanes, y los reciben no sólo de la Generalitat, sino de la Administración del Estado en Cataluña, de los ayuntamientos y de los fondos de cohesión europeos. Cataluña no es la Generalitat. Los ciudadanos están antes que las instituciones".

En cuanto a la exigencia de Pujol de una agencia tributaria para Cataluña, Rajoy replicó que la agencia actual también es catalana, pues recauda para las cuatro administraciones: Generalitat, Estado, municipios y Unión Europea. "En Cataluña hay varias administraciones y se hacen muchas cosas con fondos europeos".

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