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Oposición y agentes sociales se unen contra el "control lingüístico e ideológico" de los docentes

Ferran Bono

Los partidos políticos PSPV, EU, NE y BNV unieron ayer por una vez sus voces para denunciar, junto a la Mesa per l"Ensenyament en Valencià, la proposición aprobada por el PP, UV e IPCV que confiere poder a la Consejería de Educación para vigilar si los profesores de secundaria vulneran "deliberadamente la legislación" y se refieren al valenciano como variante del catalán y usan la expresión "País Valenciano". Los promotores presentaron un manifiesto contra el control ideológico y lingüistico y la atemorización del profesorado mediante una medida "anticonstitucional".

Las fuerzas políticas y sociales de la izquierda y del nacionalismo valenciano aparcaron cualquier diferencia para denunciar lo que coincidieron en calificar como una proposición de carácter coercitivo destinada a atemorizar al profesorado mediante la censura de términos y derechos contemplados en el Estatuto de Autonomía, en la Llei d"Ús i Ensenayment del Valencià, en la Constitución española y en una sentencia del Tribunal Constitucional. Diego Gómez, de la Federació de l"Escola Valenciana, manifestó que ya se han detectado los primeros indicios de que Educación ha intentado captar a personas "para hacer de comisarios". La proposición no de ley fue aprobada el 21 de octubre en las Cortes en uno de los momentos más tensos del debate sobre la composoción de la futura Acadèmia Valenciana de la Llengua. La propuesta partió del diputado tránsfuga de UV, Rafael Ferraro, de Iniciativa de Progreso, con el fin de evitar, a través del servicio de inspección, que parte del profesorado imparta la enseñanza científica que considera el valenciano como variante dialectal del catalán y, además, utilice expresiones como la de País Valenciano. "Esta medida se retrotrae a períodos de la historia reciente que creíamos superados, porque cuestiona explícitamente la labor docente del profesorado valenciano y atenta gravemente contra los más elementales principios de libertad de expresión y de libertad de cátedra". Este párrafo es el primer punto del manifiesto que ayer presentaron, por la parte política, la diputada socialista Rosa Morte, la portavoz de EU, Glòria Marcos, el líder de NE, Albert Taberner, y el del BNV, Pere Mayor; por la sindical, Vicent Esteve, del STEPV y Manuel Fombuena, de CC OO, integrantes -junto a UGT y otros colectivos- de la Mesa per l"Ensenyament en Valencià, representada por Gemma Lluch y Diego Gómez. El segundo punto sostiene que la iniciativa atenta "contra el espíritu de consenso con que se redactó el Estatuto de Autonomía", en cuyo preámbulo se dice: "Aprobada la Constitución es, en su marco, donde la tradición valenciana proviniente de la historia del Reino de Valencia se encuentra con la concepción moderna del País Valenciano". Los promotores instaron a la Consejería de Educación dirigida por Francisco Camps a que denuncie a las respectivas formaciones, la mayoría de las cuales contiene en su denominación oficial la expresión País Valenciano. También dudaron de la viabilidad legal de poner la medida en marcha y de la posibilidad de que los inspectores se pliegen a esas exigencias, por lo que insistieron en el propósito de control ideológico y lingüístico de la misma. El tercer punto alude a la sentencia de Tribunal Constitucional que reconoce la denominación de catalán en el ámbito académico. El cuarto recuerda que la inicitiva se suma a otros "igualmente preocupantes": como el menosprecio a Joan Fuster o Enric Valor o la injerencia en las editoriales valencianas. Por último, el manifiesto, que será leído en centros docentes y será objeto de mociones municipales, considera anticonstitucional la proposición.

Campaña de autoinculpación

Poco después de que los partidos que forman el gobierno valenciano, PP y UV, apoyaran la proposición no de ley del diputado Rafael Ferraro, de IP, para evitar la vulneración de lo que consideraron "la legislación en materia de enseñanza de la lengua y cultura valencianas", se inició una campaña de autoinculpación. Desde entonces, la redacción de este periódico, al igual que otros medios de comunicación, ha recibido numerosas cartas de personas que decían ser culpables de utilizar la expresión País Valenciano y de enseñar que el valenciano es una variante dialectal del catalán. También las instituciones han sido receptoras de esas cartas. De hecho, la Presidencia de las Cortes Valencianas, que desempeña Héctor Villalba, de UV, es uno de los destinos más elegidos por los remitentes, que, obviamente, no ocultan sus nombres, al tratarse de una campaña de autoinculpación. En la presentación del manifiesto, los promotores hicieron ayer mención a esa campaña de autoinculpación y desafiaron al gobierno valenciano a que adopte alguna medida en este sentido. La diputada Rosa Morte señaló que la iniciativa "no responde a la desidia o la ignorancia del gobierno valenciano, sino que es una política muy clara contra los derechos del profesorado valenciano". La portavoz de EU, Glòria Marcos, calificó la proposición de un "ataque más del PP contra la lengua, ya que quiere erradicar el valenciano". Marcos añadió que el presupuesto destinado a la defensa y promoción del valencianos ha disminuido en los últimos tres años y subrayó que la medida de perseguir a los profesores no está "recogida en la legislación". Albert Taberner, de Nova Esquerra, señaló que su formación reconoce la noble labor de recuperar la lengua y cultura valencianas del profesorado "porque la inquisición no va a instaurar sus métodos en una democracia". Pere Mayor, líder del BNV, indicó que la medida del PP, UV e IPCV tiene un carácter electoralista y subrayó que su propósito es lograr que el profesorado se autocensure.

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Sobre la firma

Ferran Bono
Redactor de EL PAÍS en la Comunidad Valenciana. Con anterioridad, ha ejercido como jefe de sección de Cultura. Licenciado en Lengua Española y Filología Catalana por la Universitat de València y máster UAM-EL PAÍS, ha desarrollado la mayor parte de su trayectoria periodística en el campo de la cultura.

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